Los niveles alarmantes de obesidad en todo el planeta están sirviendo como acicate para que las autoridades sanitarias nos adviertan del peligro de algunas dietas. Hace poco hablábamos del consumo abusivo de carne roja y otros productos derivados, como salchichas, nuggets y hamburguesas industriales, y hoy quiero denunciar los efectos nocivos de los azúcares en nuestra salud.
El azúcar es un carbohidrato que está presente en muchísimos alimentos, no sólo en los dulces, y que puede dividirse entre simple y compuesto. Cuando ingerimos un producto rico en azúcares simples, por ejemplo, las galletas, se produce una concentración muy alta de esta sustancia en nuestra sangre. Si la reiteración de picos de insulina, con la consiguiente energía extra no se “quema”, se convierte en grasa, se deposita y llegamos al sobrepeso.
Cuando hablamos de azúcares compuestos nos referimos a aquellos que están formados por más de un carbohidrato, como su propio nombre indica. Tardan más en ser absorbidos por el torrente sanguíneo, no causan ese efecto “subidón”, y, además, poseen valores nutritivos nada desdeñables. Podemos destacar sus niveles de vitaminas, fibra y minerales.
Hoy quiero que comencéis a desterrar los simples de vuestra dieta, así que apuntad estas palabras para dejar el producto de nuevo en la estantería si lo encontráis en su etiqueta: fructosa, sirope de malta, sirope de agave, maltosa, glucosa, sacarosa o dextrosa entre otros.
No podemos dejar de consumir azúcar simple de un día para el otro, puesto que necesitamos que nuestro organismo se vaya regulando poco a poco y bajo ningún concepto debemos exponerle al riesgo de una bajada de azúcar, a sufrir hipoglucemia. Así que debemos ir eliminando dulces, bollería industrial, zumos envasados – muy importante desechar los de los niños-, bebidas isotónicas, helados y refrescos.
La Organización Mundial de la Salud ha puesto unos límites que quizá quieras anotar para comenzar tu dieta “Stop azúcar”, aunque, para serte sincero, me parecen bastante permisivos. Hay que tener en cuenta que las recomendaciones son para la población general y no todo el mundo puede quitar o poner ciertos alimentos de su régimen alimenticio sin un control médico personalizado. Aun así toma nota: la OMS recomienda no consumir más de doce cucharaditas de azúcar al día. Es suficiente.
Por mi parte, te dejo algunas recomendaciones recogidas en mi libro “Tu eres tu Medicina”. Espero que te sirvan y ayuden. Eso sí, ya sabes que algún día te puedes permitir saltarte el régimen. Soy consciente de que dejar de consumir azúcar es casi tan difícil como dejar de fumar.
Entrégate a lo integral. Necesitamos los carbohidratos, sí, pero los “blancos” , presentes en la pasta, el arroz o el pan tienen mucho azúcar. Lo integral es más sano y engorda menos.
Cuidado con los edulcorantes artificiales. ¿Te quieres engañar? Sí, porque el sabor dulce engaña a tu cerebro y a tu paladar, pero existen estudios médicos que dudan de sus bondades alimenticias. Según the 2010 review en the Yale Journal of biological and medicine, estos productos contribuyen al aumento de peso.
La fruta natural tiene azúcar. Por su riqueza en otros componentes saludables necesitamos comerla, pero, ¡ojo! mejor la menos dulce. Releguemos pues al plátano, el mango o la sandía si de perder peso se trata .Si es enlatada, cuidado, porque a veces se conserva en sirope. Debes procurar comprar la que esté conservada en su propio jugo.
Las bebidas Light tienen edulcorantes naturales. No son sustitutivos de los refrescos azucarados. Son otra forma de consumir azúcar.
Si te encanta el dulce, busca su sabor. Adereza tus comidas con extracto de vainilla, cítricos ,canela, polvos de jengibre y nuez moscada.
Fuente: Nosotras