En memoria del Arquitecto Salvador Ascencio
El pleitazo entre Andrés Manuel López Obrador y Manlio Fabio Beltrones confronta a dos “Méxicos”. Al país del poder y los privilegios con el de quienes pretenden un cambio radical.
Vaya lío.
Según López Obrador, Beltrones anda muy nervioso; quiere borrarlo de radio y televisión, en cambio Manlio acusa a AMLO de decir sandeces y victimizarse, como acostumbra.
El astuto dueño de Morena alega que el colmilludo priista promueve una iniciativa de reforma electoral con dedicatoria. Beltrones lo niega; “se trata de una reflexión encaminada a revisar los huecos de la ley para evitar inequidad en la competencia presidencial”, explica. El tabasqueño denuncia que el PRI gana 10 a 1 a Morena en tiempos oficiales; “allá ellos si los desaprovechan”.
Dizque AMLO no le quita el sueño a Manlio, ni hay priistas desvelados por su causa. En cambio, López alega que Beltrones obedece ciegamente al mandato de Carlos Salinas, el verdadero jefe de jefes de la obcecada mafia del poder que rechaza la democracia y promueve la guerra sucia… y por eso con los tricolores “ni a la esquina porque me roban la cartera”, remata.
El encontronazo suena a todo volumen.
En medio de la spotiza, López Obrador se atiene a la ley, se cobija con las normas que no le prohíben aparecer en todos los mensajes de su partido, ni considera que a dos años y medio de la elección presidencial esté realizando actos anticipados de campaña. No hace falta una aguda perspicacia para percatarse de lo contrario, aunque la autoridad electoral juzgue que es muy temprano para sancionarlo.
Andrés Manuel goza la comodidad de su posición combatiente; sacará provecho de la coyuntura. Manlio Fabio mide consecuencias y matiza su discurso; lo que hace una semana era la firme decisión de promover una contrarreforma electoral, ahora sólo convoca a una reflexión sobre equidad en la competencia política.
Todos sabemos que el señor López juega rudo. El señor Beltrones también.
El eterno candidato es dinamita. Si crece en las encuestas, la guerra en su contra lo beneficia todavía más. Si le pegan, malo, si lo sueltan, peor.
A ver quién y cómo descifra este lío.
EL MONJE LOCO: López Obrador condena a Arturo Núñez al infierno; afirma que el gobernador de Tabasco es un aliado de Peña, un traidor sin principios ni convicciones, que ha caído en tentaciones.
1 comentario
es irrelebante atender las huecas y corruptas posturas del priista manlio no perdamos el tiempo en los zares de la corrupcion la indiferencia del pueblo a estos ganster es lo mejor que debemos promober incubemos las acciones que distancien al pueblo de ese cancer