Kabul aplaudió la decisión de Washington de aplazar su retirada de Afganistán para apoyar su lucha contra los talibanes que prometen a los estadounidenses una guerra de desgaste despiadada, costosa y sin salida.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el jueves que al menos 5,500 soldados estadounidenses permanecerán en Afganistán en 2017, una muestra de la incapacidad de las fuerzas afganas a defender solas su país pese a más de una década de apoyo militar y financiero masivo de sus socios occidentales.
«No permitiré que Afganistán sea usado como refugio de terroristas para que ataquen nuevamente a nuestro país», declaró Obama, quien fue electo en 2008 bajo la promesa de terminar con las guerras en Afganistán e Irak.
Satisfecho del anuncio estadounidense, el gobierno afgano dijo en un comunicado que «responderá con todas sus fuerzas al miedo y al terror» pero que dejará «entreabierta la puerta de la paz» a sus enemigos dispuestos a entregar sus armas.
El presidente afgano Ashraf Ghani, considerado cercano a los occidentales, también elogió la decisión de Estados Unidos. Afganistán «sigue, hoy más que nunca, determinado» a trabajar por su estabilidad y desarrollo, y a «reforzar sus relaciones en materia de lucha antiterrorista», escribió Ghani en Twitter.
El ejército estadounidense anunció que 9,800 soldados permanecerán en Afganistán «durante gran parte de 2016». Ese contingente bajará a unos 5,500 para fines del año próximo o inicios de 2017.
Fuente: El Economista