Algo apestoso se cocina en la Cámara de Diputados. La operación cochambre se ha puesto en marcha para recalentar las vísceras del extinto Partido del Trabajo.
En una de esas maniobras que solo se dan en la política hecha en México, el frente de izquierda integrado por PRD y Movimiento Ciudadano intenta fabricar otro monstruo de Frankenstein: una fracción parlamentaria a partir de los pedazos de un cadáver político.
Con solo dos diputados de mayoría elegidos en las urnas, al PT no le alcanza para integrar una bancada legislativa de acuerdo a la normatividad del Congreso; para eso son indispensables cinco legisladores cuando menos.
Si se juntan cinco diputados dizque petistas la claque esa recibirá las prerrogativas ordinarias y extraordinarias establecidas en el artículo 29 de la Ley Orgánica del Congreso, es decir, tendría partida de gastos propia, más allá de las dietas individuales de cada uno de sus representantes.
El asunto no es banal.
Los petistas buscan desesperadamente una tabla de salvación; seguir mamando del presupuesto… y para lograrlo han encontrado la solidaridad necesaria en viejos cómplices.
Como en el draft futbolero, Movimiento Ciudadano estaría dispuesto a ceder en préstamo a dos de sus muchachos, mientras el PRD contribuiría con un llanero solitario.
Con la LXIII Legislatura en marcha, el cambio de camiseta sería virtualmente imposible, no obstante se pretende maquinar una jugada sucia que implica la falsificación de documentos y la manipulación de fechas en los registros parlamentarios, para hacer creíble que los legisladores cachirules siempre vistieron la camiseta rojo y amarillo.
La intentona por dar vida artificial al PT sería un doble golpe bajo. Por una parte, la violación flagrante de la norma con la entrega de documentos apócrifos, y por otra, el fraude a la ley que representa colocar legisladores electos de un partido en las filas de otro…
En una cocina cochambrosa, plagada de cucarachas, nada es imposible.
EL MONJE LOCO: La polémica por la incineración de los 43 normalistas de Ayotzinapa sólo en el basurero de Cocula enciende los ánimos… Se evidencia –además– la dudosa investigación oficial por descuido, falta de cumplimiento de protocolos y negligencia; fallas capitales detrás de la infamia y el cansancio del ex procurador Murillo Karam… La verdad histórica se tambalea, y la verdad jurídica se hunde en un pantano…