Durante su visita a Cuba, el argentino Jorge Bergoglio desarrolló una intensa agenda en las ciudades de La Habana, Holguín y Santiago, donde ofició dos misas multitudinarias al aire libre más otra hoy martes dentro del Santuario de la Virgen de la Caridad, y mantuvo encuentros con jóvenes, familias y con religiosos católicos de la isla.
También se reunió con el presidente Raúl Castro, quien acompañado de miembros de su gobierno asistió a las misas que el pontífice celebró en las tres ciudades escenario de su visita.
Francisco también vio en La Habana al ex presidente cubano Fidel Castro, de 89 años y retirado del poder desde 2006, con quien mantuvo un encuentro distendido y familiar.
En el último día en Cuba y durante su homilía en el Santuario del Cobre, Francisco instó a «sembrar reconciliación» y dijo que la Iglesia quiere «tender puentes» y «romper muros».
El papa Francisco concluyó su histórica visita a Cubacon una misa en el santuario más venerado del país y un encuentro con familias antes de volar hacia al norte, para comenzar en Washington su esperada gira por Estados Unidos.
El papa hizo alusión al término «reconciliación» al final de un viaje precedido por el acercamiento entre La Habana y Washington, históricos enemigos irreconciliables que el 17 de diciembre pasado anunciaron la reanudación de sus relaciones, promovida por el propio Francisco.
A su llegada a Estados Unidos, el papa Francisco fue recibido por el presidente Barack Obama y su esposa, Michelle, en la base aérea de Andrews (Maryland).
Durante su trayecto, Sophie Cruz, una niña oaxaqueña de cinco años de edad, besó y abrazó al papa Francisco, a quien pidió interceda por la legalización de losmillones de indocumentados en Estados Unidos.
En el recorrido que realizó el papa Francisco este día por calles de Washington, la niña, que habla dos idiomas y un dialecto, pudo entregarle una carta y una playera. En la misiva le pide que interceda para la legalización de 11 millones de indocumentados en este país.
El pontífice acudió a una sesión especial de ambas cámaras encabezada por el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, en su condición de presidente del Senado, y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ambos, casualmente, devotos católicos.
El discurso de Francisco había generado muchas expectativas por la conocida resistencia de gran parte de los miembros de la mayoría republicana del Congreso ante muchas de las ideas del Papa en temas polémicos como medio ambiente, derechos de los homosexuales y la filosofía misma del sistema capitalista.
Sin embargo, Francisco no sonó demasiado cuestionador e hizo un discurso en el que estuvieron presentes los temas previstos en su agenda pero los cuales fueron abordados con muchos mensajes entrelíneas y ninguna estridencia.
El Papa abogó por eliminar la pena de muerte y habló de temas como la inmigración, la lucha contra la pobreza, la defensa de la familia y la conveniencia del diálogo entre países que han estado enfrentados, en una aparente referencia al diálogo entre Cuba y EE.UU.
El pontífice hiló su discurso a partir de figuras estadounidenses reconocidas por su lucha a favor de ciertos valores como el expresidente Abraham Lincoln, el pastor protestante Martin Luther King Jr.
El congresista estadounidense católico de Ohio, John Boehner, conocido por su dureza, se sintió profundamente conmovido por la intervención del papa Francisco ante el Capitolio.
Fue tanta su emoción, que no pudo contener el llanto, y tuvo que secarse las lágrimas con un pañuelo
A su llegada el jueves por la tarde procedente de Washington, el sumo pontífice argentino revolucionó a la Gran Manzana y se despidió con una misa para 20.000 personas en el Madison Square Garden en la que llamó a la esperanza y la solidaridad.
La intensa jornada de Francisco en Nueva York tuvo momentos de profunda emoción, por ejemplo su cálido encuentro con niños e inmigrantes en una visita a la escuela católica Our Lady Queens of Angel de East Harlem, tradicional barrio desfavorecido de mayoría latina.
A continuación, decenas de miles de personas, incluyendo ancianos, discapacitados y no católicos, ovacionaron a Francisco al paso de su papamóvil en una procesión por Central Park que tuvo lugar en medio de un griterío ensordecedor.
Agitando banderas amarillas y blancas del Vaticano, algunos vestidos con camisetas con la leyenda «I love Pope Francis» (Amo al papa Francisco), la gente, entre ellos muchos latinos, se reunió en un clima carnavalesco esperando horas bajo el sol.
Otro gran momento fue la visita del Papa, de 78 años, al Memorial del 11-S en el sur de Manhattan, donde encabezó una emotiva ceremonia interreligiosa en el lugar donde se levantaban las Torres Gemelas.
El Sumo Pontífice inclinó la cabeza junto a uno de los inmensos piletones negros del Memorial y luego colocó una rosa en su borde, donde están inscriptos los nombres de los cerca de 3.000 muertos en 2001 en los ataques terroristas perpetrados por la red Al Qaida y a las seis fallecidas en un primer atentado en 1993.
La intensa agenda de Francisco el viernes en Nueva York comenzó con su esperada presentación en la sede de las Naciones Unidas, la quinta de un papa en la sede de la organización internacional, luego de las de Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995, y Benedicto XVI en 2008.
Su discurso tuvo un fuerte acento en lo económico y social, con un reclamo para evitar la exclusión y una defensa del derecho al «techo, trabajo y tierra», pero también pidió un acuerdo «eficaz» sobre cambio climático.
«Lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia», recalcó en español.
Por último, en la misa de cierre en el Madison Square Garden, el Papa rindió homenaje a la diversidad de las metrópolis como Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos, aunque subrayando también sus «desafíos».
«En las grandes ciudades, bajo el ruido del tránsito, bajo el ritmo del cambio, quedan silenciados tantos rostros por no tener derecho a ciudadanía, no tener derecho a ser parte de la ciudad, los extranjeros, los hijos de éstos (y no solo) que no logran la escolarización, los privados de seguro médico, los sin techo, los ancianos solos», recordó.
Tras su paso por Washington y Nueva York, Francisco concluirá su visita a Estados Unidos el domingo en Filadelfia.
Fuente: Agencias