La representación de la lucha entre el bien y el mal se hará presente en el próximo Festival Internacional Cervantino. El 22 de octubre una compañía de danza japonesa interpretará el Kagura, que se practica en Hiroshima para dar gracias a los dioses y a la naturaleza por una buena cosecha.
La compañía Hiroshima Kagura Dan, que viajará desde la prefectura de Hiroshima, presentará en el teatro Bicentenario Momiji Gari, montaje sobre la batalla entre un samurái y una diabla, basado en una pieza teatral escrita por Kanze Kojiro Nobumitsu en el siglo XV.
También montarán la obra Yamata No Orochi, que cuenta cómo el dios Susanoo no Mikoto promete a una pareja de ancianos matar a una serpiente de ocho cabezas para evitar que se coma a su última hija, con la condición de desposarla.
Los 17 integrantes de la compañía que participarán en el Cervantino ensayan a marchas forzadas desde junio pasado en la localidad de Kake, que pertenece al poblado de Aki Otacho, para preparar su presentación en Guanajuato.
Sueda Kenji, uno de los organizadores de la visita a México, dijo a Excélsior que la compañía tiene planeado regalar al Cervantino el tambor que llevarán para su presentación y resaltó que cada vestuario que utilizan los integrantes de la compañía cuesta alrededor de dos millones de yenes (unos 276 mil pesos mexicanos).
Adelantó que Hidehiko Yusaki, gobernador de Hiroshima, acompañará al grupo en su visita a nuestro país, en el marco del Acuerdo de la Amistad que firmó en noviembre de 2014 con su homólogo de Guanajuato, Miguel Márquez.
Kagura, cuyo origen está ligado a los ritos shintoístas, llegó a dividirse en varios tipos bajo la influencia del cambio en el concepto sobre las deidades y sobre el geino, un término que se refiere al teatro y artes adicionales tales como canciones, danzas y pantomima.
La música y la danza se combinan en la puesta en escena de Kagura, dos tambores (grande y pequeño), una flauta y un conjunto de platillos musicalizan la representación. Como no existen partituras, los músicos y bailarines siguen el ritmo y el tempo del gran tambor.
Mitsunori Sunada, director de la compañía local en el poblado de Kake, informó que “existen muchas corrientes del Kagura, pero la que se ejerce en esta región tiene su origen en Shimone, una provincia vecina que colinda con el mar, y que fue llevada a través de la sierra Chugoku por los sacerdotes shintoístas hace más de 150 años”.
La danza Kagura, que se practica en más de 200 entidades en Hiroshima, tiene que ver con las tradiciones de los santuarios shintoístas y se emplea para agradecer a la naturaleza y a los dioses la buena cosecha, pero también en estas localidades se utiliza para el entretenimiento.
Sunada dijo, previo al inicio de un torneo con 19 equipos que se celebraba en esa localidad, que en un principio se fueron formando compañías para la festividad anual de los templos shintoístas con voluntarios y esa tradición se mantiene vigente, pero hoy también existen muchos grupos que la practican por competencia y buscan ganar un campeonato en disputa.
Antes sólo los miembros del mismo pueblo se dedicaban a mantener la tradición, pero hoy hay muchos aficionados, jóvenes sobre todo, que quieren aprender y visitan otras zonas de Kake para conocer el Kagura”, reiteró Sunada, quien frecuentemente viaja a Brasil para impartir clases de esa técnica.
Uno de los integrantes de la compañía que visitará México dijo sentirse orgulloso de representar a su país, pero a la vez mucha presión, porque va a estar frente a público de todo el mundo. “Es muy importante fijarse en el atuendo y el baile para poder apreciar el Kagura que representa al típico Japón antiguo”, recomendó.
Sunada dijo que la compañía que viene a México ya fue seleccionada y está integrada por cofrades, que son quienes mantienen la tradición del Kagura, pues si ellos necesitan comprar algo para su vestuario generalmente la cofradía a la que pertenecen les ayuda con esos gastos.
En los alrededores de Hiroshima, Kagura es conocida como Junijingi (doce deidades), debido a que se ofrecen 12 bailes en la noche anterior al inicio del Festival de Otoño.
En concreto, esa representación de danza que podrá verse en el Cervantino es una muestra del arte de acción tradicional de los viejos tiempos que continúa para sobrevivir como parte del estilo de vida de los pueblos nipones.
Fuente: Excélsior