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Twizy, el auto del futuro

Publicado por
Aletia Molina

Un auto eléctrico no solo aporta al cuidado del medioambiente. También propone soluciones inteligentes a los requerimientos del transporte en tiempos actuales

De que el futuro de la industria automovilística tiene a la electricidad como fuente energética principal, no cabe duda. Los fabricantes más vanguardistas apuestan por ella en sus nuevos modelos amigables con el medioambiente. No obstante, su concepción de la eficiencia va más allá de un alto rendimiento asociado a la ausencia de emisiones contaminantes.

También tiene que ver con el ahorro de espacio y con la plena satisfacción de un determinado requerimiento. Estas premisas impulsaron la creación del Renault Twizy, presentado como prototipo en el Salón de Fráncfort del 2009, vendido al público por primera vez en Europa hace más de tres años, y recientemente presentado en Ecuador como una alternativa de movilidad cuando el país está a las puertas de alcanzar la autosuficiencia en materia de generación energética.

El Twizy es otro de los vehículos eléctricos a los que la firma de un convenio, entre el Gobierno Nacional y los representantes de las marcas constructoras, abrió la posibilidad de comercializar en el país. Pero, a diferencia de los autos exhibidos anteriormente, el Twizy no solo presenta una revolución en la parte mecánica sino también en la física, ya que sus dimensiones reducidas, diseño y configuración interior le confieren cualidades particulares y usos específicos.

El conductor va en una posición central. Con 2,34 metros de longitud, 1,24 de ancho y 1,46 de alto, es esencialmente un ultracompacto creado para transportar a una o hasta a dos personas (en la variante de pasajeros, en disposición 1+1) dentro del perímetro urbano. Fácil de conducir y de parquear (incorpora un asistente con alerta sonora al activar la reversa), llama poderosamente la atención en las calles por su pequeño tamaño, sus formas redondeadas, la apertura vertical de sus puertas y, en definitiva, por su apariencia tan ajena a todo lo convencional. Para impulsarse, el Twizy recurre a un motor eléctrico que entrega una potencia de 17 caballos y un torque de 57 Nm.

Al no requerir de oxígeno, como un motor de combustión interna, no experimenta pérdida de potencia por la altitud. Por esa razón, al contrario de lo que podría pensarse, es ágil para acelerar incluso en cuestas pronunciadas como las de San Juan, en Quito, a donde lo llevamos para probar tanto su respuesta mecánica, en el ascenso, como la eficacia de sus frenos de disco en las cuatro ruedas, en el descenso.

La transmisión es automática. En el sencillo tablero de instrumentos hay un selector por botones para seleccionar entre Drive (D), Neutro (N) y marcha atrás (R). El Twizy carece de vidrios laterales. Por ello, el interior está recubierto con plástico y materiales resistentes al agua. El piso incluye desfogues para que esta fluya hacia el exterior. El vehículo aún no está en venta. Por ahora, Automotores y Anexos, representante de Renault en el país, promociona las ventajas de su utilización entre diversas instituciones públicas y privadas.

Fuente: http://www.elcomercio.com/

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Aletia Molina