La policía arrestó a alrededor de dos decenas de personas en Ferguson durante una protesta que se prolongó hasta el martes por la madrugada en conmemoración del aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco, aunque no se repitieron los hechos de violencia que empañaron las manifestaciones durante el fin de semana.
No hubo disparos, hurtos, saqueos ni daños materiales durante la manifestación en la avenida West Florissant, dijo el vocero policial Shawn McGuire. Esa arteria del suburbio de St. Louis ha sido escenario de meses de protestas masivas, a veces violentas. Pero el lunes por la noche no hizo falta apelar a gases lacrimógenos y no se reportaron heridos ni policías ni civiles, dijo McGuire en una declaración. A eso de la 1 de la mañana los grupos se dispersaron.
McGuire dijo que se efectuaron 23 arrestos, aunque la policía todavía no había contabilizado la cifra total.
La concentración se produjo unas 24 horas después que una manifestación en la avenida West Florissant se vio interrumpida por disparos y una balacera policial que dejó a un joven de 18 años herido de gravedad, lo que volvió a agravar las tensiones en el suburbio de St. Louis.
El director ejecutivo del condado de St. Louis, Steve Stenger, proclamó el estado de emergencia, una situación que autoriza al jefe de policía del condado, Jon Belmar, a tomar el control del manejo de emergencias de la policía en el interior y los alrededores de Ferguson.
Pero a primera hora de la noche del lunes, cientos de personas participaban ya en la concentración. Recorrieron en ambas direcciones West Florissant.
Los manifestantes coreaban, tocaban tambores y portaban carteles. Cuando alguno de los participantes se acercaba a un carril de tráfico, agentes antimotines les obligaban a salir de la vía. Algunos asistentes arrojaron botellas de agua y otros objetos a los policías.
Belmar dijo: “No van a tomar la calle esta noche. Eso no va a pasar”.
Hershel Myers Jr., un residente de Ferguson de 46 años, criticó la respuesta policial por considerarla agresiva e innecesaria.
En la protesta del día anterior, las tensiones aumentaron cuando varios cientos de personas se concentraron en la calle, ignorando las repetidas advertencias para subirse a la vereda bajo la amenaza de que podrían ser detenidos.
Entonces, se escucharon varios disparos desde una zona próxima con tiendas, entre ellas algunas que habían sido saqueadas momentos antes. Los tiros hicieron que manifestant4es y periodistas corriesen al lugar.
Belmar dijo que cree que había seis tiradores, incluyendo el joven de 18 años Tyrone Harris Jr., quien según el jefe policial abrió fuego contra los agentes.
La policía había estado vigilando a Harris durante la protesta por la sospecha de que estaba armado, agregó el funcionario.
Durante la balacera, Harris cruzó la calle y aparentemente vio a agentes de civil llegando en una camioneta sin rotular con las distintivas luces rojas y azules de la policía, explicó Belmar. Presuntamente el sospechoso habría disparado contra la ventanilla del auto.
Los cuatro agentes que iban a bordo respondieron los disparos y persiguieron al supuesto tirador a pie. El joven volvió a disparar a la policía al verse atrapado en una zona cercada, apuntó el responsable, y los cuatro abrieron fuego.
Harris estaba en estado crítico tras una operación. Los fiscales del condado de St. Louis anunciaron el lunes 10 cargos en su contra: cinco por acción criminal con arma de fuego, cuatro cargos de ataque en primer grado contra un agente de la ley y uno por posesión de arma. Los 10 son delitos graves.
Los cuatro agentes de la camioneta, que vestían chalecos antibalas, salieron ilesos. No llevaban cámaras corporales, apuntó.
Pero el padre de Harris dijo que la versión policiaca de los hechos era “un montón de mentiras”. Indicó que dos muchachas que estaban con su hijo le dijeron que estaba desarmado y que había quedado en medio de una disputa entre dos grupos de jóvenes.
Registros judiciales digitales muestran que Tyrone Harris Jr. fue acusado en noviembre de robar un vehículo y un arma, además de resistencia al darse a la fuga. La vista del caso está prevista para el 31 de agosto.
Belmar dijo que el sospechoso que disparó a los agentes tenía una pistola de 9 mm semiautomática que fue robada el año pasado de Cape Girardeau, Missouri.
El jefe policial realizó una distinción entre pistoleros y manifestantes.
Fuente: AP