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“La Noche que Nadie Duerme”, arte y cultura en Huamantla

Publicado por
Aletia Molina

«La Noche que Nadie Duerme» es la celebración religiosa más importante de Huamantla, Tlaxcala, declarada como Patrimonio Artístico y Cultural por el Congreso del Estado, en reconocimiento al esfuerzo comunitario que da origen a una fantástica y fugaz velada, en la que se tapizan siete kilómetros de calles para la procesión de la Virgen de la Caridad

En esta fiesta eclesiástica, marcada en el calendario de cada año por el catorce de agosto, los pobladores hacen gala de su tradición en el arte ornamental, al transformar su ciudad en un museo de arte vivo, que mira al cielo.

Con destreza y maestría, los alfombristas recrean tapices y alfombras para el paso de la procesión de su santa patrona, en «La Noche que Nadie Duerme», conocida así desde el año de 1968, por el encabezado que publicó el periódico local El Sol de Tlaxcala que describió literalmente que en ‘esa noche nadie duerme’, por participar en la romería.

Mientras unos preparan el camino florido, otros engalanan las calles con ricos cortinajes, faroles de colores, tiras de papel picado, rizos metálicos, serpentinas, adornos luminosos, que simulan estrellas, banderas, arcos, largos festones, flores y pétalos que desprenden su delicado perfume.

Detrás de cada alfombrado, se condensan generaciones de tradición e innovación, en encuentros que ayudan a comprender que las tradiciones son el principal valor que poseen los huamantlecos en un mismo lenguaje: el del amor, respeto y gratitud.

Manifestaciones de una nueva cultura con identidad propia, que testimonia la grandeza de nuestros valores, tradiciones y significados expresados a través de iconografías que reflejan el sentido de apropiación e identidad de la sociedad.

Durante esa noche, tapizan 32 calles de norte a sur y de oriente a poniente, cada una con un diseño diferente y, que con las múltiples ornamentaciones, logran una composición que trasciende de ofrenda ritual a expresión de arte popular.

La ruta para acercarse a los secretos de esta celebración, pueden comenzar durante la tarde del 14 de agosto, cuando los vecinos trabajan concienzudamente y a contrarreloj, para que sus calles queden bellamente tapizadas para la procesión de la Virgen de la Caridad, misma que comienza a la una de mañana del día 15 de agosto, para recorrer hasta el amanecer, el camino de la fe.

Miles de feligreses llegan en peregrinaciones de diferentes localidades del país y acompañan a la imagen en la celebración eucarística nocturna. A la una de la madrugada del 15 de agosto, la imagen sale de su templo en un carro alegórico bellamente diseñado y adornado.

Son siete kilómetros de recorrido de la procesión, con coloridos mantos de aserrín y flores, dibujados sobre el piso tras un arduo trabajo colectivo, en una tradición de más de un siglo de antigüedad, y que desaparece tras el rastro de los pies de todos aquellos que acompañan a la imagen en la procesión.

Al amanecer, la Virgen de la Caridad regresa a su templo, donde le aguardan orquestas y bandas de música que le llevan serenata al pie del altar, y le entonan «Las mañanitas».

Fuente: OEM

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Aletia Molina