Cientos de periodistas, escritores, cineastas y artistas creativos de todo el mundo firmaron una carta a través de PEN América en la que exigen al presidente Enrique Peña Nieto esclarecer cada uno de los asesinatos de periodistas en el país y hacer una puntual revisión a los mecanismos de protección a la prensa
En la misiva que circula en Internet y redes sociales desde el sábado pasado, personalidades como Guillermo del Toro, Arianna Huffington (columnista), Noam Chomsky (escritor), Alejandra Xanic Von Bertrab (periodista, Premio pulitzer) y Alfonso Cuarón cuestionan el número creciente de ataques a comunicadores y la impunidad en la que prevalecen cada una de las investigaciones.
La demanda se centra en el recién asesinato del fotoperiodista Rubén Espionosa Becerril, que si bien hasta ahora la autoridad no ha dado indicios de que haya sido ejecutado por su labor periodística, los firmante exigen al Ejecutivo investigar con integridad su homicidio, así como el de la activista Nadia Vera, Alejandra Negrete, Yesenia Quiroz y Mile Virginia Martín, las cuatro jóvenes que murieron con él.
«Este crimen ha sido un parteaguas. La Ciudad de México era considerada uno de los últimos lugares seguros para el ejercicio periodístico. Pero ahora no parece haber santuario alguno para los reporteros perseguidos en México», dice parte de la misiva.
Asimismo, recuerda que según informes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), varios de los ataques y agresiones a periodistas involucra a funcionarios públicos, además de que el 89% de los asesinatos están sin resolver y las investigaciones son obstaculizadas por las autoridades.
Incluso hacen referencia a Veracruz, donde desde la llegada de Javier Duarte al poder, las amenazas, maltratos y crímenes contra la prensa alcanzaron cifras sin precedentes: 14 periodistas han muerto de manera atroz, y tres han desaparecido. «En cada uno de los casos se ha desechado como línea de investigación judicial el ejercicio profesional de las víctimas. Hasta ahora, 37 colegas de Rubén Espinosa han tenido que abandonar sus trabajos, sus hogares y sus familias, y desplazarse a la Ciudad de México tras recibir amenazas. Rubén Espinosa fue asesinado a las pocas semanas de su llegada a la capital.
«Hoy el periodismo en todo el mundo vive bajo asedio: los reporteros mexicanos, en particular, viven en peligro mortal. Las organizaciones criminales, los funcionarios de gobierno corruptos, y un sistema de impartición de justicia incapaz siquiera de determinar la responsabilidad de los asesinos son causa de la extrema vulnerabilidad de los reporteros», puntualizan:
Enrique Peña Nieto
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
Agosto 2015
P R E S E N T E
Presidente Peña Nieto:
Nosotros, periodistas, escritores, y artistas creativos de todo el mundo, con el apoyo de PEN y el Comité de Protección a los Periodistas, vemos con indignación los ataques contra los reporteros en México. Cuando se ataca a un periodista se atenta contra el derecho a la información de la sociedad entera.
El 31 de julio fue asesinado en Ciudad de México el fotoreportero Rubén Espinosa, junto con una activista de derechos humanos, dos de sus compañeras de piso y la empleada doméstica del lugar. Este crimen ha sido un parteaguas. La Ciudad de México era considerada uno de los últimos lugares seguros para el ejercicio periodístico. Pero ahora no parece haber santuario alguno para los reporteros perseguidos en México.
Desde el año 2000 decenas de reporteros han sido víctimas de homicidio; se sabe de otros 20 que continúan desaparecidos. La abrumadora mayoría de estos crímenes permanecen en la impunidad. La CNDH apunta a evidencia que involucra a funcionarios públicos en varios de los ataques contra periodistas y medios de comunicación. Las amenazas físicas extremas y generalizadas que padecen los reporteros llama la atención de las organizaciones encargadas de vigilar la libertad de expresión en el mundo, y de grupos como el Comité de Protección a los Periodistas y PEN, que abogan por los derechos de la prensa. Todos ellos han hecho campañas para acabar con lo que se ha llamado censura a tiros.
Rubén Espinosa, asesinado a sus 31 años de edad, laboraba como fotógrafo en el estado de Veracruz. Tras recibir varias amenazas graves, huyó a la Ciudad de México hace algunas semanas. Los reporteros de Veracruz que reciben amenazas están convencidos de que éstas provienen de funcionarios del gobierno del estado. Desde que el actual gobernador, Javier Duarte, llegó al poder en 2010, las amenazas, los maltratos, y los asesinatos de periodistas han alcanzado cifras sin precedente en Veracruz: catorce han muerto de manera atroz, y tres han desaparecido. En cada uno de los casos se ha desechado como línea de investigación judicial el ejercicio profesional de las víctimas. Hasta ahora, 37 colegas de Rubén Espinosa han tenido que abandonar sus trabajos, sus hogares y sus familias, y desplazarse a la Ciudad de México tras recibir amenazas. Rubén Espinosa fue asesinado a las pocas semanas de su llegada a la capital.
Señor Presidente; no debe haber mas asesinatos: el homicidio de Espinosa, y de Alejandra Negrete, Yesenia Quiroz, Nadia Vera, y Mile Virginia Martín —las cuatro jóvenes que murieron con él— deben ser investigadas con integridad. Los verdaderos homicidas tienen que recibir juicio justo y con-dena pronta. En su país, señor Presidente, las estadísticas de impunidad en los casos contra periodistas son alarmantes: Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, 89 por ciento de los asesinatos permanecen sin resolver. La Comisión ha denunciado que sus propias investigaciones son obstaculizadas por las autoridades. La negligencia judicial garantiza la impunidad.
Hoy el periodismo en todo el mundo vive bajo asedio: los reporteros mexicanos, en particular, viven en peligro mortal. Las organizaciones criminales, los funcionarios de gobierno corruptos, y un sistema de impartición de justicia incapaz siquiera de determinar la responsabilidad de los asesinos son causa de la extrema vulnerabilidad de los reporteros.
Señor presidente, le urgimos a:
1.-Garantizar el esclarecimiento inmediato y efectivo de los asesinatos contra Rubén Espinosa y la enorme cantidad de periodistas en México que han caído como él, y la investigación sin contemplaciones de los funcionarios estatales y municipales que, en cada caso, se puedan haber visto involucrados.
2.- La revisión inmediata de los mecanismos para la protección de periodistas y el compromiso efectivo de su gobierno para garantizar la libertad de expresión en México.
Fuente: Etcétera