Vaya mes tórrido para los partidos políticos.
En el PRI, por la “sonora” designación de Manlio Fabio Beltrones; en el PAN por la contienda por la dirigencia; en el PT por lo que parece la irremediable pérdida de registro… pero sobre todo en el PRD por la “revolución democrática” que ha rebasado a Carlos Navarrete.
Los desplazados por la dominancia de “Los Chuchos” huelen sangre, afilan cuchillos para cobrar ofensas; exigen reconstruir todo lo que Navarrete ha demolido; demandan un Consejo Político Nacional extraordinario para revertir la desgracia y tirar por la borda el lastre de una dirigencia infame, marcada por el manejo fallido del caso Iguala y golpeada de muerte por la debacle electoral del 7 de junio. Navarrete reconoce el mal fario; subraya que a ningún presidente, de ningún partido, le había tocado un período tan difícil.
Para revertir a la amenaza de golpe, el líder del Sol Azteca pone cargo y cabeza a disposición del Consejo Nacional reunido hoy y mañana; se juega la vida en un escenario repleto de caníbales. Propone la renovación absoluta del partido, cambios a todos niveles, adopción de candidatos ciudadanos y pactar con quien se deje; habla de dar paso a las nuevas generaciones.
Es una maniobra peligrosa; un verdadero dilema.
Si Carlos Navarrete se aferra al poder podría provocar una sangría mortal; otro éxodo masivo de perredistas inconformes. Si se va, estaría escribiendo el epitafio de Nueva Izquierda.
En cualquiera de ambas decisiones se lee nada bueno, mucho de malo y bastante de peor.
Las iracundas “tribus” enemigas de Nueva Izquierda tienen hambre y sed de venganza. Así lo revela un documento interno en el cual se afirma que el PRD ha llegado al límite… y Navarrete estorba. Se habla de dar un golpe de estado a favor de una “dirigencia emergente” para “reconstruir el diálogo” que derive en “el reencuentro de las izquierdas” y un frente amplio opositor en alianzas electorales con Dios y con el diablo.
En medio de esta tormenta también está en juego la próxima coordinación de las bancadas amarilla en las cámaras de diputados y senadores. Los inconformes se oponen a que Nueva Izquierda ocupe simultáneamente la dirigencia partidista y ambos liderazgos legislativos.
En el partido amarillo las cosas están al rojo vivo.
EL MONJE LOCO: Beltrones dice que ser árbitro del PRI no lo hace jugador en las contiendas electorales… pero en 2018, ya veremos. El “destapado” ya tiene pareja; Carolina Monroy del Mazo será Secretaria General.