Los terroristas del Estado Islámico extraen los órganos de las personas a las que ejecutan, para después venderlos en el mercado negro. De esta manera obtienen ingresos para poder seguir cometiendo diversos actos, con la finalidad de perseguir la interpretación exacta del Islam.
De acuerdo con la información de La Razón de España, la Fiscalía de la Audiencia Nacional son seis las vías con las que obtienen esos ingresos: venta del patrimonio cultural y artístico que previamente han destruido; los recursos naturales, principalmente, la venta del petróleo; las limosnas que reciben de aquellos que mantienen una interpretación coránica muy distinta de la de los suníes; las donaciones de millonarios que quieren ver hecho realidad su sueño de un califato islámico; los saqueos, sobre todo a bancos, y la venta de órganos que extraen a los que han asesinado.
De hecho, las grabaciones en donde se les ve ejecutando, duran sólo lo justo para que el mundo entero pueda observar lo sanguinarios que son.
Después, las víctimas son trasladadas a un hospital donde se les extraen los órganos –corazón, pulmones, hígados, etcétera– que, posteriormente, son vendidos a familias pudientes que están a la espera de recibir un trasplante para algunos de sus miembros.
Fuente: La Razón