¡Mátenlos como perros!, fue la orden que retumbó en los oídos de las aterradas víctimas y testigos de la matanza del día de Reyes, en Apatzingán, Michoacán.
El reportaje de Laura Castellanos publicado el domingo por Aristeguinoticias, el semanario Proceso y la cadena Univisión, demuele la verdad oficial sobre la muerte de 16 personas, en el corazón de la Tierra Caliente.
Imágenes estremecedoras, medio centenar de declaraciones, protagonistas y testigos, desmienten la versión del entonces Comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes, quien días después de la masacre afirmó que todos los fallecidos habían caído víctimas del “fuego cruzado”.
Las voces de los testigos –recabadas por la periodista– describen un infierno provocado con premeditación, alevosía y ventaja por las Fuerzas Federales, responsables de abrir fuego en dos ocasiones contra los comunitarios plantados frente al Palacio Municipal… y aquellos que horas después intentaron rescatar a los detenidos.
Según el relato, los uniformados dispararon a mansalva, ejecutaron a varias de las victimas –algunas presentaban tiro de gracia–, los propios mandos impidieron la atención de los heridos… y retrasaron el traslado a centros hospitalarios.
La evidencia relevada el fin de semana describe un crimen perpetrado por elementos del Estado Mexicano; muestra un modus operandi emparentado con los hechos sangrientos de Tlatlaya e Iguala; cuestiona el argumento oficial de que se trata de hechos aislados; pone en tela de juicio el compromiso del Gobierno Federal con los Derechos Humanos.
La masacre de Apatzingán exige una aclaración seria y contundente, una investigación a fondo, y castigo ejemplar para quienes dieron las órdenes, accionaron los gatillos y mintieron para encubrir la barbarie.
La PGR abrió una investigación por uso excesivo de la fuerza… pero las dudas deberían responderse primero.
EL MONJE LOCO: PRD vs Morena, son “Los Hermanos Coraje”. Sin cuartel darán la batalla por el control de la Ciudad de México. Está en juego la plataforma de la izquierda para las elecciones presidenciales del 2018, 16 delegaciones, la ALDF y las diputaciones federales. Miguel Ángel Mancera y Andrés Manuel López Obrador se suben al ring; brindan un espectáculo fratricida. No hay tregua para el exterminio. El sol sale para todos; el PRD se niega a compartirlo con Frankenstein. Los números son fríos: la preferencia bruta promete 19% para el PRD, y sólo 6 puntos menos (13%) para Morena.