La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff ha avanzado que «cree y espera» que su antecesor Lula da Silva se vuelva a presentar en 2018 como candidato a las elecciones para la presidencia del país. «Será importante para Brasil que Lula sea candidato. El segundo golpe tras mi impeachment es impedir que Lula sea candidato porque las encuestas demuestran que él sería el primer candidato y ganaría las elecciones». La expresidenta considera que Lula ha sido acusado de corrupción por un fiscal «sin pruebas, pero con convicción (…) Hay una política muy distorsionada contra Lula», ha denunciado durante una rueda de prensa este martes en Sevilla, donde ha acudido para inaugurar un seminario internacional.
Rousseff, destituida por el Senado brasileño el pasado agosto por violar normas fiscales, ha acusado al actual presidente Michel Temer de «golpista» y a su Gobierno de «ilegítimo». «Hemos perdido la batalla, pero no podemos perder la democracia», ha enfatizado.
Respecto a la muerte de un juez clave del caso Petrobras, Teori Zavascki, la semana pasada, la expresidenta ha reclamado que, «ante las sospechas que existen en Brasil de que pueda ser un atentado, el caso debe ser rigurosamente investigado». Rousseff ha definido a Zavascki —instructor de la macrooperación que ha destapado sobornos entre la clase política— como «un excelente jurista, que tenía bastante experiencia», una persona «íntegra» y «de carácter», y un jurista que «no se dejaba influenciar». «No era perfecto porque era un ser humano, pero hay que reconocerle sus muchas cualidades», ha destacado. A continuación, ha insistido en la necesidad de arrojar luz: «Hay que investigar la muerte y ver de qué se trata».
Rousseff se ha referido al caso Petrobras y el efecto sobre su Partido de los Trabajadores (PT). «No se puede usar una investigación sobre corrupción como arma de combate político e ideológico» porque «tiene efectos sobre la democracia». A continuación, la expresidenta ha puntualizado: «No se puede construir la justicia del enemigo, que es aquella que no precisa de pruebas y bastan las convicciones para condenar o acusar». Rousseff participa junto al exministro de Justicia brasileño José Eduardo Cardozo y el juez Baltasar Garzón en el seminario internacional Capitalismo neoliberal, democracia sobrante, que se celebra miércoles y jueves en la capital andaluza.
Tras el desgaste que ha sufrido el PT en las últimas elecciones regionales y preguntada por los motivos de fondo que ha provocado esta caída en los resultados, la expresidenta brasileña ha defendido a su partido por encima de los cargos corruptos destapados con el caso Petrobras. «Todos los partidos pasan por momentos críticos. El PT tiene que hacer un proceso de autoevaluación porque no es solo las personas que fueron acusadas de corrupción. Como las empresas, los partidos no pueden acabar cuando se detecte que una persona u otra fue corrupta. El problema mayor del partido es que tenemos que entender la nueva situación que existe».
Fuente: El País