La única visita del ahora Presidente electo Donald Trump a la frontera entre Estados Unidos y México fue a Laredo como candidato republicano a la Casa Blanca y duró menos de tres horas.
La promesa electoral de Donald Trump de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) le consiguió votos en el Cinturón de Óxido (área industrial de Estados Unidos) entre aquellos que sienten que la globalización los dejó atrás.
Pero la propuesta genera nerviosismo entre muchos en ciudades como Laredo y El Paso, en Texas, o Nogales, en Arizona, que crecieron a la sombra del tratado firmado en 1994.
Unos 14 mil tráilers cruzan la frontera a diario en Laredo, el puerto interior con más actividad del país. Funcionarios locales dicen que casi uno de cada tres empleos en la zona depende del comercio internacional.
«Somos el TLC sobre ruedas», explicó el Alcalde de Laredo, Pete Sáenz.
El libre comercio a través de la frontera, explicó, es la espina dorsal de esta ciudad de 255 mil habitantes.
Durante su transición a la Casa Blanca, el Presidente electo no se ha referido al tratado. Tampoco lo mencionó en un video publicado el mes pasado en el que detallaba sus prioridades para sus 100 primeros días en el Gobierno.
Fuente: Reforma