Lockheed Martin está en la lista mala de Trump. “El programa F-35 y el costo están fuera de control. Miles de millones de dólares pueden y serán ahorrados en compras militares (y otras) después del 20 de enero”, tuiteó, haciendo caer los valores de la firma en casi 4%.
La semana pasada, Trump atacó a Boeing por costos que están “fuera de control” en un nuevo avión de la Fuerza Uno. “Cancelen la orden”, tuiteó. «Estaría listo. Pondría un nuevo teléfono rojo en mi escritorio si yo fuera CEO”, dijo Craig Wortmann, profesor clínico de negocios en la Escuela Booth de la Universidad de Chicago Booth School y CEO de Sales Engine Inc.
Esto es lo nuevo “normal” entre la administración de Trump y el mundo de los negocios.
Por un lado, Trump está introduciendo al equipo más pronegocios en años. Su gabinete está lleno de CEOs y banqueros de Wall Street. Ellos dan prioridad al recorte de impuestos a los negocios y un recorte regulatorio.
El optimismo del Estados Unidos corporativo está incrementando. El mercado de valores ha llegado a niveles récord. Y los ejecutivos están emocionados, según las últimas encuestas de Business Roundtable y el American Institute of CPAs.
Pero también está el comodín: ¿Trump irá tras tu empresa? (o tu país, como hizo de nuevo con China el fin de semana).
TRUMP: ¿UN NUEVO FDR?
«Puedes imaginar qué pasó tras bambalinas en Boeing”, dijo Greg Matusky, CEO de la firma de relaciones públicas Gregory FCA. «Entraron en modo de emergencia. Los CEOs necesitan estar preparados para ello”.
Relacionarse rápidamente con Trump es la clave, dice Wortmann. Los CEO tienen que reaccionar con una mentalidad de “crisis de comunicación” para dar a conocer los hechos. Boeing, por ejemplo, tuvo que corregir en tiempo récord de que su contrato actual del Fuerza Uno cuesta 170 millones de dólares y no los 4,000 millones que aseguró Trump en su tuit.
Los expertos han llamado a las tácticas de Trump de ir tras empresas en particular, sin precedentes. Pero Richard Sylla, un historiador de economía y finanzas piensa que Estados Unidos había visto algo similar (si bien, sin Twitter).
«Trump no está comprometido con ninguna ideología. A él le gusta llegar a acuerdos. En ese sentido, es un poco como Franklin Roosevelt,» dijo Sylla. «Roosevelt probó muchos programas y esperó que algunos de ellos funcionaran”.
ENTENDER LO QUE TRUMP VERDADERAMENTE QUIERE
Quizás el mejor consejo a los CEO proviene del negociador experto Roger Martin. Él dice a los ejecutivos: No se tomen literalmente todo lo que tuitea Trump. «Tómenlo en serio, pero no literalmente”, dijo Martin autor de «Playing to Win» y director del Martin Prosperity Institute. Él piensa que esta simplemente es la forma en que negocia Trump.
Cuando Trump tuiteó sobre Boeing, no significaba que de hecho iba a cancelar el contrato del Fuerza Uno. En realidad, argumenta Martin, parece que Trump quería discutir el disminuir los costos gubernamentales.
«Descubran sobre qué va en serio”, dijo Martin. Luego discútanlo con él. Eso es lo que Carrier (y su empresa madre United Technologies) hicieron cuando negociaron con Trump el mantener algunos empleos en Indiana en lugar de moverlos todos a México, como tenían planeado. Al final, Carrier todavía moverá 600 de 1400 empleos al extranjero. Además, la empresa recibió incentivos fiscales y saltó de la lista mala a la lista buena de Trump. Para Boeing, la empresa está más preocupada por la postura de Trump sobre China que sobre sus tuits sobre el Fuerza Uno, de acuerdo con ejecutivos.
“ACOSTÚMBRENSE” A LAS TÁCTICAS DE TRUMP
Trump y sus varios suplentes, incluyendo el multimillonario de los fondos de cobertura Carl Icahn, han dicho repetidamente que las prioridades son: el crecimiento de la economía al impulsar los negocios, crear/salvar empleos estadounidenses, reducir los costos gubernamentales y obtener comercio más justo.
«Creo que Donald quiere crear empleos”, dijo Icahn en Bloomberg la semana pasada.
Es claro que Trump continuará evidenciando a las empresas como Carrier que planean mover empleos a México y a los contratistas del gobierno donde tiene ventajas para negociar costos y empleos. Pero Icahn alienta a los CEO a ver el panorama más amplio.
Esto será “un gobierno y presidente muy a favor de los negocios”, dijo Icahn a Poppy Harlow de CNN el viernes. “El gobierno no va a pelear con los negocios”.
En general, la comunidad empresarial está contenta con lo que escucha del equipo de Trump. «Estoy trabajando con los CEO. Mi sugerencia para ellos es que no podemos ser negativos como empresarios. Tenemos que ser positivos”, dice Matusky, de Gregory FCA.
Pero los directivos también se están asegurando que sus equipos de relaciones públicas estén listos para responder en el segundo en que Trump tuitee.
«No creo que cambie el estilo de Trump una vez que sea presidente. Esto es lo nuevo normal. Acostúmbrense”, dijo Matusky.
Fuente: Expansión