Con su habitual determinación, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha acudido este miércoles a Bruselas para reafirmar su determinación de quedarse en la Unión Europea.
Una cualidad, la determinación, que reconocen «hasta sus más grandes adversarios políticos» en el Reino Unido, según subraya Andrea Oelsner, profesora de estudios latinoamericanos en la Universidad de Aberdeen en Escocia en declaraciones a RFI. Según Oelsner, Sturgeon es «una de las pocas líderes británicas que parece tener una estrategia clara y definida». Un liderazgo que destaca en tiempos en los que llueven las críticas al dimisionario David Cameron y a las posiciones ambigüas del líder laborista Jeremy Corbyn, muy cuestionado en sus filas.
La posición europeísta escocesa es nítida y la líder nacionalista ha amenazado con torpedear el Brexit desde Edimburgo, amparada en un hecho incontestable: el 62% de los escoceses votó por la permanencia y tan sólo el 38% se pronunció por la salida (en proporción radicalmente inversa al 48%-52% en el total de Reino Unido). Sturgeon se ha propuesto defender «el abrumador respaldo» a la permanencia en la UE con todas sus consecuencias, incluida la posibilidad de convocar un segundo referéndum de independencia.
El argumento tiene peso: muchos de los que votaron a favor de permanecer junto a sus vecinos del sur en la anterior consulta escocesa, lo hicieron esencialmente por permanecer en la UE. Ahora el sentimiento es de engaño. Les han arrebatado la principal razón de sus anhelos de pertenencia a Reino Unido.
Fuente: RFI