Al menos 20 personas murieron, incluido un infante, como resultado de las fuertes tormentas que azotaron West Virginia el jueves por la noche.
La situación obligó a los equipos de rescate a salir en búsqueda de heridos y desaparecidos y dejó a miles de personas sin energía eléctrica.
La amenaza de las lluvias intermitentes y el desborde de los ríos seguían siendo una amenaza por lo que el gobernador, Ray Tomblin dijo que se enfocarían en los operativos de búsqueda y rescates para ayudar a las personas atrapadas debido a las inundaciones.
Tomblin señaló que 200 hombres de la Guardia Nacional han sido desplazados en ocho condados junto a 300 personas más autorizadas para ofrecer asistencia.
El sistema de tormentas trajo a la región afectada más de nueve pulgadas de lluvia y dejó atrapadas a más de 500 personas en un centro comercial al colapsar un puente. La fuerte lluvia, que duró entre seis y ocho horas, fue considerada por el Servicio Nacional de Metereología como «un evento en mil al año».
Fuente: Voz de América