Este jueves, el torero Rodolfo Rodríguez “El Pana”, perdió la vida debido a un paro cardíaco tras una serie de complicaciones derivadas de la cornada que sufrió durante una corrida en Lerdo, Durango, el pasado 1 de mayo, misma que le provocó un trauma en las cervicales.
A causa de la cornada, los doctores informaron que “El Pana” quedó cuadrapléjico.
Rodolfo Rodríguez “El Pana”, nació en Apizaco, Tlaxcala el 22 de febrero de 1952, y es considerado un ídolo de la tauromaquia.
“El Pana” era diminutivo de panadero, uno de los oficios que desempeñó Rodolfo Rodríguez antes de tomar el capote
4 comentarios
EVOCACION A “EL PANA” Y SU GLORIA
“Allá, en Castilla-La Mancha, hubo chance de revancha.”
En quijotesco carruaje,
con su puro, su linaje,
sarape-saltillo al hombro,
“El Pana”, provoca asombro.
Ciudad de Guadalajara
que, en la piedra, se forjara,
feria excelsa, nada exigua,
por la Virgen de la Antigua.
Plaza llamada: “Las Cruces”,
coso de fiesta, de luces,
veterano, buen cartel,
los toros de Juan Manuel.
Mano a mano, con “Frascuelo”,
presagio de serio duelo,
tarde calurosa, en grada,
tres cuartos hubo de entrada.
Expectación tras barrera,
paseíllo de solera,
vistiendo con gran decoro,
traje berenjena y oro.
Bien bordado, muy taurino,
arte añejo, cervantino,
Rodolfo Rodríguez, “Pana”,
oreja corta en España.
Su pomo de esencias abre,
con el sexto de la tarde,
de número ochenta y tres,
¡jolines, coño, rediez!
“Tocador”, burel castaño,
clase, fijeza en engaño,
de mucha movilidad,
ágil, frágil, liviandad.
Capote de algarabía,
genialidad escondía,
“verónicas” y “faroles”,
“caleserina”, ¡. . . los oles!
Tres suertes de banderillas,
fulgurantes, cual cerillas,
las dos primeras, al quiebro,
“par de calafia”, ¡celebro!
Fin de tercio, gran clamor,
gente de pie, . . . que primor,
“El Pana”, no guarda nada,
vuelta al ruedo, ovacionada.
Muleta que apergamina,
pinturera tremolina,
faena, por los adentros,
que cimbró hasta los cimientos.
Derechazos alargados,
naturales hechizados,
indescifrable toreo,
excéntrico regateo.
Un cambiado, por la espalda,
ajustado, lo respalda,
midiendo distancia y tiempo,
“péndulo”, sin contratiempo.
Se destapó, en suelo hispano,
el torero mexicano,
armando la escandalera,
logra triunfo de bandera.
Atisbos de magia, . . . embrujo,
en el redondel, . . . un lujo,
¡viejo “Brujo de Apizaco”,
la lidia su afrodisiaco!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., 11 de septiembre del 2014.
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
SUPONGO QUE ASÍ QUERÍA MORIR
Hasta que hizo algo bueno, un asesino menos en este mundo.
SUFRIÓ UNA CORNADA? QEPD, PERO QUE ANDABA HACIENDO EN LOS RUEDOS A ESA EDAD? O SERÁ QUE ESO ERA LO QUE BUSCABA