Sobre la Marcha de Carlos Urdiales para JoseCardenas.com
Uno es magnate, rico entre ricos, hijo del capitalismo salvaje, del sueño americano. Su lenguaje es burdo, simple, pero efectivo, apela al enojo acumulado por lustros, frustración expansionista, el establishment gringo añora los tiempos de dominio y supremacía en muchos terrenos de muchas naciones, las clases medias quieren su black friday cada semana.
El otro es un animal político, nadie conoce y menos le prueba riqueza alguna. No dice de qué vive, pero su imagen congruente y austera sobrevive, su discurso también, apela por igual al enojo social, al agravio concentrado, al desarrollo postergado, simplifica y polariza, construye en el imaginario la idea de un pueblo bueno-pobre y otro malo-rico, promete honestidad y frijol sin gorgojo.
Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador tienen en común el tino de su discurso, la fragilidad de sus propuestas ante escrutinios sólidos la suplen al apuntar apelan al corazón y no a la razón de los electores, sacan ventaja de sus posiciones extremas para decir que todo se arregla echándole ganas, confrontando, derrumbando vicios y construyendo muros.
1 comentario
Los señores tienen discursos con mensajes que sus seguidores quieren escuchar, uno con un pragmatismo republicano, y el otro con mensaje dirigido a la clase humilde, trabajadora, maltratada en muchos sentidos, pero no pasan de ser mensajes populistas, a ver si el guerguero es capaz de poner a sus connacionales a desarrollar las actividades que llevan a cabo los latinos, y el señor López Obrador es capaz de reconocer que sus candidatos, tienen o deben tener proyección propia, y no solo repetir cono loros los discursos del dueño de morena.