Con poco más de un siglo de vida, el coche es el vehículo de uso común más utilizado por los ciudadanos en prácticamente todo el mundo. ¿Queda alguien que no haya subido hoy en día a uno? Innovar en el mundo del motor no es muy difícil: por su uso y su capacidad de adaptación, hay coches para todo tipo de públicos y gustos. Grandes y pequeños, baratos y caros, automáticos y manuales… las posibilidades son infinitas.
Para conocer de primera mano las últimas novedades en automoción y el estado del sector nada mejor que visitar el Salón Internacional del Automóvil, que celebra su 38ª edición del 9 al 17 de mayo de 2015 en Fira Barcelona. La feria ha evolucionado a la par que el producto, y presenta en esta edición cuatro áreas temáticas: Marcas, Connected car, Urban mobility y Sketch car design, o lo que es lo mismo, introducción de las novedades de las grandes marcas, nuevas tecnologías móviles aplicadas a la industria, vehículos y smart cities y exposición de los mejores diseños. Es indudable que en una sociedad hiperconectada la movilidad y la tecnología tendrán cada vez más peso dentro del sector, y la programación de la 38ª edición del Salón del Automóvil así lo demuestra.
En 2015 el certamen dedicado al sector de la automoción reúne 37 marcas, otorgando un rol predominante a la innovación tecnológica. El Internet de las Cosas se hace un hueco en el salón en la sección Connected car, un área temática destinada a ofrecer al usuario soluciones para mejorar la experiencia de conducción con la máxima seguridad. Grandes marcas, líderes en tecnología, se darán cita en esta área para presentar sus nuevos proyectos, y además el espacio contará con la colaboración de la Fundación Mobile World Capital Barcelona.
Oscar Pallarols, director del programa Smart Living de MWCB, comenta que “actualmente el coche conectado ya es una realidad, pero no está lo bastante avanzado. Los coches que se están diseñando hoy ya tienen este perfil, y hace mucho tiempo que se está trabajando en ello.” Lo que los ciudadanos probablemente conocen es el coche con conexión a internet, capaz de ofrecer a los usuarios del vehículo contenidos en streaming, pero las prestaciones del coche conectado que se podrá probar en el Salón del Automóvil van mucho más allá.
El modelo de coche que muy pronto se implementará en el mercado va a incorporar dos tipos de tecnología: C2C o car to car, que permitirá que dos coches se comuniquen entre ellos con el objetivo, por ejemplo, de evitar colisiones, y C2I, car to infrastructure, que mediante elementos de la red de carreteras o de las propias ciudades inteligentes ofrecerá al conductor del vehículo datos relevantes de su entorno en tiempo real. “El coche podrá anticipar si hay alguna persona cruzando la calzada a una distancia de hasta 300 metros, avisar si detrás hay una ambulancia que necesita avanzar o informar de la necesidad de reducir la velocidad en caso de accidente en una autopista o carretera”, explica Pallarols. Y no sólo eso: programar las rutas más eficientes para evitar atascos, señalar qué vehículo tiene preferencia en un cruce, informar de los precios de la gasolina mientras el coche esté en ruta…
Otra de las características clave de los coches conectados es la manera en que proporcionan la información. Para minimizar las distracciones durante la conducción, el sector trabaja para incorporar de serie en los vehículos el control por voz o las sistemas de visualización frontal —head up displays— que mediante realidad virtual proyectarán en el parabrisas del coche toda la información relevante para el conductor.
Para que la implementación de esta tecnología sea una realidad, empresas de infraestructuras y organismos públicos deben trabajar en la misma dirección, estableciendo sinergias y colaboraciones. En este sentido, la Comisión Europea está desarrollando el proyecto eCall, que a partir del 31 de marzo de 2018 obligará a los vehículos particulares a incorporar un dispositivo conectado a los servicios de emergencia: se calcula que si los vehículos son capaces de realizar por sí solos una llamada al 112, se pueden llegar a salvar cerca de 2.500 vidas al año.
BMW, Mercedes-Benz o Audi son algunas de las empresas que están implementando este tipo de tecnología en sus vehículos. Y pese a que habitualmente se asocia la innovación tecnológica a marcas premium, hoy en día todas tienen su propia hoja de ruta.