Sobre la marcha
El asalto al poder del ultraderechista Javier Milei en Argentina, exhibió la endeble convicción del presidente López Obrador respecto a que los pueblos, no se equivocan.
Acá, en 2018 le atinamos con él, pero los argentinos, que de fútbol viven mejor que nosotros, se clavaron tremendo autogol. La regaron pues. El pueblo el sabio a veces.
Los análisis sobre las causas políticas, económicas y sociales que, el 10 de diciembre, meterán en la Casa Rosada a Javier Milei, abundan.
La hiperinflación que castiga por igual, quizá no con la misma proporción, a todos los actores económicos más la insolencia política de Javier Milei frente a las propuestas obsoletas de los de siempre allá en la Patagonia, algo explican.
“Haiga sido como haiga sido” -Calderón dixit-, Milei llegó porque las circunstancias le fueron favorables, porque los machuchones peronistas imaginaron que, por más rabia acumulada, los votantes no irían tan lejos.
Y fueron, ya veremos qué de lo vendido por Milei se cumple y qué de lo que no, va a ser culpa de sus antecesores y de sus opositores.
Mientras tanto aquí, Claudia Sheinbaum lidera encuestas con amplia -algunos dicen, demasiada- ventaja. Xóchitl Gálvez marcha segunda a pesar de su equipo que no sabe medir la distancia entre Chihuahua capital y Ciudad Juárez; un traspié que revela su fragilidad estructural.
Y Samuel García -con Mariana, su influencer de cabecera- en el mejor escenario, tercero con nada que perder y todo por crecer.
Samuel García no es Milei. Nada que ver. Sin embargo, en nuestro pueblo, infalible como presume AMLO, hay temas no resueltos que duelen y enojan.
El sistema nacional de salud, fallido. Aunque en meses el presidente inaugure una mega farmacia de clase mundial, las carencias cotidianas en atención y suministros clínicos perdurará más allá de este sexenio menguante.
Una política en seguridad que puso como testigo, inoperante, a la Guardia Nacional que todo ve, pero nada remedia, impide o mejora.
Crece la precepción de una permisividad creciente frente al crimen, organizado o no que abarca todo y a todos. Bloqueos, extorsiones, impunidad que ni siquiera genera pax narca.
Los abrazos como discurso, buenos; como estrategia, pésima. Arreglar a partir de la mística cristiana el origen de todo horror humano, ha sido un histórico error político.
Los fosfo-fosfo andan sueltos, por edad, imagen, discurso y recursos digitales naturales, avanzan. Su oferta alegre contrasta con la rigidez de quien cuida la herencia o de quien desafía al oficialismo con la torre de Babel como cuartel.
Para el de MC, la ruta es clara; va por los jóvenes para quienes Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, con sus respectivos partidos y líderes fácticos o morales, son lo mismo.
Los anti y los pro de ambos bandos están firmes, pero son los menos. Los indecisos serán clave. Partiendo tercero entre tres, la cosa le pinta alegre.