Sobre la marcha
Premisa del gobernador de Nuevo León, Samuel García y su esposa la influencer, Mariana Rodríguez, al embarcarse a la conquista de la presidencia.
No prometen, en la línea de partida, llevar a México a mejores escenarios en alguna materia en particular, tampoco renovar la moral nacional ni predican alguna superioridad intelectual o una mística política digna de altares y devoción.
En principio, van por una campaña alegre. Canciones, bailes, posteos en redes sociales ocurrentes y que, por simples, sean memorables. ¿Recuerdan los tenis fosfo-fosfo o la polkita navideña del nuevo Nuevo León?
El candidato de MC a la presidencia junto con su esposa y una burbuja de leales, piensan en función de la demanda de contenidos de los jóvenes, de las clases medias, urbanas y conservadoras. Que no son pocas. No en una oferta ideológica nacida de dilatadas historias personales de lucha y perseverancia.
Al concentrarse en lo que el público elector consume y no en lo que el político ofrece, Samuel, Mariana y MC, ponen los cimientos de una aventura que, probablemente no gane la presidencia, pero que pueda meter en aprietos a la campaña de la retadora, aparentemente, natural al cetro.
Subestimar por su juventud y notable frivolidad a una pareja del poder político y mediático, abona el horizonte electoral a favor de escenarios imprevistos, interesantes y reveladores.
La mujer puntera cumple con ortodoxia los fundamentales que le corresponden; perfila equipos, construye expectativas sobre quienes serán las y los cercanos a su trono, espabila al cruzazulino Marcelo Ebrard matizando lo de su acuerdo y posiciones VIP en Morena, delinea planes nacionales y distribuye tareas, juega con los grupos de poder que quieren abordar la nueva nave nodriza.
Hace lo que marcan los cánones de los destapados en la antesala de su turno al bat.
Xóchitl Gálvez parece sucumbir temprano al mal fario de su equipo favorito, se echa a hombros una precampaña donde la alianza nomás no aparece y solo da destellos de notoriedad con su último informe como senadora.
El folclor y la gambeta verbal, hasta ahora, parecen ser sus únicas herramientas. Insuficientes frente al halo de poder en la casa de la futura candidata de Morena. En su periferia, no se respira ilusión o ambición por el poder.
Así las cosas, Samuel, Mariana y MC tienen todo por ganar y nada que perder. En medio año regresarán a Monterrey para sacar las cuentas finales de una campaña alegre.
Ya veremos su alcance, viralidad y peso en el ánimo social conforme se acerque la fecha en la que los pro y anti AMLO, diriman sus fobias.
A Marcelo Ebrard le duró 24 horas la épica de aquel hombre especial que hizo valer su peso en el movimiento de López Obrador heredado a Claudia Sheinbaum. Ni segunda fuerza ni cuotas para sus cuates. Y con Mario Delgado sentado en la dirigencia de Morena.