“Hay más dicha en dar que en recibir”. Gracias Jorge y Julieta.
En este México violento y dolorido, que cada año supera la cifra de muertos y desaparecidos del año anterior, hay ocasiones en la que te sientes vencido y escuchas con más frecuencia, sobre todo entre los jóvenes, que esto no tiene remedio. Que nada va a cambiar.
Pero resulta que México es más grande que todos sus problemas y hay mexicanos de enorme valor que desde hace más de tres décadas luchan, con mucho éxito, por cambiar el destino de miles de familias atrapadas, desde hace generaciones, en la espiral de la violencia familiar.
La violencia que hoy padecemos tiene su origen, en la mayoría de los casos, en el modelo de familia en la que nacieron muchos de los criminales que hay tienen a nuestro país enlutado. A esto, hay que sumar a un Gobierno permisivo, cómplice y omiso en su obligación de defender la vida y el patrimonio de los mexicanos.
Hace 35 años, Joanna Wrigth, Sarah Thomas y Gabriel Benítez, con una enorme visión de futuro, crearon JUCONI que es la fundación más importante en nuestro país para erradicar la violencia familiar que afecta sobre todo a los niñas y niños que, bajo la presión que un entorno familiar violento, deciden refugiarse en las calles donde son reclutados por el crimen organizado e iniciar así un nuevo ciclo de violencia generacional que parece interminable.
Es cierto que un entorno familiar violento no es la única razón que pueda explicar el crecimiento incontrolable del crimen organizado en nuestro país, pero también es verdad que cuando se enfoca el problema de la violencia desde su origen, la familia, y se logra erradicar el ciclo de violencia familiar, se ha dado un paso concreto y perdurable en contra los promotores de la violencia en México.
JUCONI no sólo trabaja en rescatar a niñ@s y jóvenes de las calles, lo más importante es reintegrarlos a sus familias en un esfuerzo integral, donde la participación de los padres y madres de estos niñ@s es fundamental para logra sanar las heridas y traumas provocados por la marginación social y la pobreza extrema.
El combate en contra de la violencia familiar no se soluciona con becas o programas asistencialistas electoreros; se requiere de un trabajo coordinado de investigación y operación de sociólogos, antropólogos, psicólogos, médicos, educadores y un sinfín de colaboradores que puedan brindarle a miles de familias atrapadas en el ciclo de la violencia la oportunidad de romper ese vínculo terrible con el dolor y vivir una vida sana y feliz. Eso, en resumen, es lo que hace JUCONI.
La semana pasada se publicó un estudio relativo a la capacidad de reclutamiento del crimen organizado en nuestro país (5º lugar) y concluye que este problema no tiene solución. Personalmente puedo afirmar que ésta conclusión es errónea. Si decidimos apoyar a fundaciones como JUCONI y apostar por su desarrollo y crecimiento como pilares para erradicar y terminar con los ciclos de la violencia familiar en México lograremos una sociedad más justa, equitativa y segura.
Hoy JUCONI, de la mano de los hermanos Luis Alberto y Juan Carlos Aziz Checa están dando un enorme impulso a la fundación que, además, apoya con su experiencia y conocimiento, a otras organizaciones comprometidas con México.
Queridos Luis Alberto y Juan Carlos y todos los colaboradores de JUCONI, gracias por este legado de esfuerzo y amor por México que sin duda alguna terminará por imponerse; erradicar la violencia familiar y transformar la vida de tantos de mexicanos para la paz y la prosperidad. Sí es posible.