Ya son casi tres mil los ataques del presidente a los periodistas y medios de comunicación, y no es para menos porque a diario ofende, denuesta y difama ciudadanos, poderes, instituciones y todo lo que vea o sienta como sus adversarios o enemigos.
Lo anterior sin reparar en las casi cien mil mentiras, medias verdades o falsedades que le ha contabilizado el taller SPIN de Luis Estrada, a lo largo de las mañaneras.
En su informe del primer semestre del año la agrupación Artículo 19 para la defensa de los periodistas reveló que en los cinco años de gobierno de López Obrador han registrado dos mil 941 agravios, han muerto 41 periodistas y cada 16 horas se ha cometido algún tipo de ataque a los informadores o a las empresas de comunicación, subraya que, “es un reflejo tanto de una serie de discursos estigmatizantes contra la prensa, catalogándolos como adversarios a la ciudadanía, y de una impunidad y falta de atención a los casos de violencia contra periodistas”.
Pero la lista de ofendidos por el mandatario va mucho más allá, no tiene más límite que sus filias y fobias y no pasa de tímidas respuestas, no hay querellas en México ni el extranjero, el poder del gobernante en turno avasalla, intimida.
Hace unos días difamó a la aspirante presidencial Xóchitl Gálvez, violó el secreto fiscal y el sector empresarial guardó un sospechoso silencio, a pesar de que la ofensiva fue contra una de sus colegas.
Cada martes, un general, SÍ, un general se lanza con todo contra los jueces, casi siempre impartidores de justicia incómodos para el régimen ¿Alguna vez se había visto a un elemento de las fuerzas armadas atacando al Poder Judicial?
Las críticas contra los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son permanentes, sobre todo, a la Presidenta Norma Piña, quien ha sido blanco de las más violentas acusaciones y amenazas. Las respuestas han sido débiles o retóricas, a pesar de que en algunos casos López Obrador ha sido sumamente ofensivo, como ocurrió contra el ministro Luis María Aguilar, a quien lanzó acusaciones sin prueba de por medio.
En este sentido, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, hizo un llamado para que el Ejecutivo deje de atacar a los integrantes del Poder Judicial, abogados y fiscales, en un comunicado indicó que, “con ello nulifica la división de poderes, atenta contra la soberanía de los estados e interfiere con el libre ejercicio de la profesión”.
Hay por lo menos dos asuntos graves en los que ha estado inmerso el presidente, uno el llamado culiacanazo, que derivó en la liberación de Ovidio Guzmán López, el propio López Obrador reconoció que él dio la orden. El otro es la negligencia y manejo de la pandemia por la que murieron más de 700 mil mexicanos. Los especialistas del derecho han advertido que ambos casos son motivo de querella, hasta ahora solo se conoce del caso que litiga el abogado Javier Coello Trejo en contra del subsecretario Hugo López Gatell.
Ya se sabe que los presidentes en México no son procesados, pero sí pueden sufrir las consecuencias de acciones colectivas o la amenaza de la detención, por estos días se especulan las razones por las que el expresidente Felipe Calderón ha permanecido fuera de México.
La lista de ofendidos y denostados por el presidente es extensa y crece día con día, pero la mayoría no responde ni en defensa propia.
La conducta de Andrés Manuel López Obrador ¿No da para una denuncia colectiva, aunque lo proteja el “fuero”?
Por lo menos dejar un testimonio, la historia tendrá impresas las ofensas presidenciales y como dice el propio AMLO difama que algo tizna. Por cierto, la frase original, Calumnia que algo queda, la adaptó el filósofo británico Francis Bacon en 1625 en su obra -De la dignidad y el crecimiento de la ciencia-.