El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que los mercenarios del Grupo Wagner podían unirse al ejército ruso o irse a Bielorrusia, después de que el grupo paramilitar llevara a cabo una rebelión armada.
«Tienen la posibilidad de continuar sirviendo a Rusia con un contrato con el ministerio de Defensa u otros organismos encargados de hacer cumplir la ley o regresar con su familia y seres queridos”, expresó el mandatario. «Quien quiera puede ir a Bielorrusia».
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Asimismo, aseguró que durante la rebelión abortada dio la orden de evitar «un derramamiento de sangre» que, según él, buscaban Ucrania y sus aliados occidentales, al tiempo que agradeció a los rusos su «patriotismo» y unidad.
«Desde el comienzo de los acontecimientos, se tomaron medidas siguiendo mis instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre«, dijo Putin durante un discurso televisado. Occidente y Ucrania querían «un resultado fratricida», agregó.