Nueva York pide a un tribunal que suspenda temporalmente la norma que le obliga a dar alojamiento a toda persona sin techo, una regulación que ha atraído a la ciudad a 70 mil migrantes en diez meses y ha llevado al límite los recursos de la ciudad.
El Departamento legal de la ciudad envió una carta al Tribunal Supremo de Manhattan con la petición de que se modifique la ley que ha prevalecido desde 1984 (Callahan vs Carey), sin precisar cuánto duraría la suspensión, aunque el alcalde Eric Adams precisó en un comunicado que «de ninguna manera estamos buscando acabar con el derecho al cobijo».
El flujo de migrantes ha saturado los albergues públicos y la ciudad está pagando miles de dólares diarios a unos 150 hoteles que ha tenido que alquilar en la ciudad y en algunos condados al norte del estado, donde ha encontrado resistencia, para ubicar tanto a familias con niños como a los adultos solteros.
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Según el alcalde ya se han gastado mil millones de dólares en brindarles diversos servicios además del albergue, como alimentación, plazas escolares para los menores llegados con sus familias y servicios médicos mínimos.
Adams, que en reiteradas ocasiones ha pedido ayuda económica al gobierno federal y que se agilice el permiso de trabajo para los miles de migrantes a los que da alojamiento, dejó claro que con esta medida de amparo judicial busca implicar al gobierno de Joe Biden o, al menos, a otras ciudades.
«Ser deshonesto al respecto solo resultará en el colapso de nuestro sistema, y necesitamos que nuestros socios en el gobierno (federal) sepan la verdad y hagan su parte», señaló. Aseguró que la acción de hoy les permitirá «obtener claridad de la corte y preservar el derecho a la vivienda para las decenas de miles bajo nuestro cuidado».
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«Ahora tenemos más solicitantes de asilo bajo nuestro cuidado que neoyorquinos sin hogar», sostuvo el alcalde.
Una buena parte de los llegados a Nueva York lo han hecho en viajes organizados por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, que ha fletado autobuses desde la frontera con México con cientos de migrantes alegando que las «ciudades progresistas» –Nueva York, Washington y Chicago, con alcaldes demócratas- tendrían los brazos abiertos para los migrantes que se agolpan en la frontera.
Sin embargo, de esas tres ciudades, Nueva York es la única que por ley debe proveer alojamiento obligatorio a cualquier persona.