Los peruanos se mantenían el martes a la espera del resultado final de la elección presidencial en la que el socialista Pedro Castillo supera por poco a la derechista Keiko Fujimori, quien ha cuestionado el conteo de votos en una de las contiendas más polarizadas en décadas en el país.
Castillo, la sorpresa de las elecciones en el país minero, alcanzaba el 50,23% de los sufragios del domingo, mientras que la hija del expresidente dictador Alberto Fujimori obtenía el 49,77%, con el 97,31% de los votos procesados, según la oficina electoral ONPE.
La diferencia entre ambos es de 77 mil 866 votos. En la última actualización, Castillo se aferraba al triunfo con en el recuento de votos de zonas rurales que impulsaron su candidatura; y Fujimori cerraba un poco la brecha mientras llegaban las boletas del extranjero que históricamente apoyan al candidato conservador.
La denuncia de Fujimori en la víspera de «indicios de fraude» en seis mesas de votación echó un poco de leña al proceso mientras la incertidumbre crece. Previamente, el partido de Castillo también había dicho que fue víctima de intentos de fraude. En ambos casos no hubo mayores pruebas.
Perú contó con alrededor de 86.000 mesas de votación para los 25 millones de electores de este proceso electoral. Aún falta contabilizar el 48% de los votos emitidos en el exterior.
Estamos ante un proceso absolutamente normal, el Perú es de los que tienen los mejores sistemas electorales en América Latina» dijo Iván Lanegra, secretario general de la Asociación Civil Transparencia, que vigila los procesos electorales.
El partido de Castillo ha rechazado las acusaciones de fraude y el candidato hijo de campesinos llamó la noche del lunes a sus seguidores «a defender su voto». «Tenemos que ser respetuosos de la voluntad popular y seré el primero en hacer respetar la voluntad del pueblo peruano aquí y allá», afirmó.
Castillo, de 51 años y que se ha convertido en un paladín de los pobres, ha prometido reformular la Constitución para reforzar el papel del Estado y quedarse con una mayor parte de los beneficios de las empresas mineras, lo que ha puesto nerviosos a inversionistas y sacudido a los mercados.
En tanto Fujimori, que intenta por tercera vez la presidencia, ha prometido seguir el modelo de libre mercado y mantener la estabilidad económica del segundo productor mundial de cobre, con «mano dura de madre».
Las tensas elecciones, que se realizan después de que Perú pasara por tres presidentes en una semana el año pasado, ha sacudido sus mercados de divisas y de deuda, mientras que las empresas mineras temen que Castillo pueda dar paso a una mayor intervención estatal en el sector.
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