Aunque solo vivió allí los primeros 18 meses de su vida, el vínculo del príncipe Felipe con Grecia lo acompañó toda su vida.
El esposo de la reina Isabel II, que falleció el viernes a los 99 años de edad, nació en la isla griega de Corfú el 10 de junio de 1921 ocho años después del asesinato de su abuelo, el rey Jorge I de Grecia.
Único hijo varón del príncipe Andrés de Grecia y la princesa Alicia de Battenberg, Felipe nació en el palacio de Mon Repos, que actualmente es un museo y que hace un siglo era la residencia de verano de la familia real griega.
Su estancia en Grecia fue corta.
Cuando tenía apenas 18 meses, la familia tuvo que huir del país después de un golpe militar y de que el príncipe Andrés, padre de Felipe, fuera condenado a muerte.
La princesa Alicia se enamoró perdidamente del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca cuando tenía 17 años.
Lo acusaban de ser uno de los principales responsables de la desastrosa campaña del ejército griego en Turquía.
Ante la presión de Reino Unido, la pena no fue ejecutada, a condición de que Andrés de Grecia se exiliara del país para siempre.
Eran tiempos convulsos para la monarquía griega, con la abdicación del rey Constantino I, que dio paso al corto reinado de Jorge II (1922-1924).
La travesía de Felipe desde Grecia hasta su llegada al palacio de Buckingham muchos años después empezaba así en 1922, en una cuna hecha de una caja de naranjas donde el bebé dormitaba mientras el barco de guerra británico que los rescató surcaba el Adriático y llevaba a la familia hasta Italia.
En su escapada contaron con la ayuda del rey Jorge V de Inglaterra, primo hermano del príncipe Andrés.
La determinación del monarca por salvarlos se debía en gran parte a su remordimiento por no haber podido ayudar a otro primero directo, el zar Nicolás II, durante la Revolución Rusa cinco años antes.
La salida del príncipe Felipe de Grecia con su familia estuvo llena de sobresaltos.
La familia terminó por instalarse en las afueras de París, en una casita de campo propiedad de la tía de Felipe.
Tras pasar unos años en Francia, el núcleo familiar se fue deshaciendo.
El príncipe Andrés se instaló en Montecarlo y Felipe, el menor de los cinco hijos, fue el que creció más alejado de sus padres, al ser educado en internados en Escocia e Inglaterra.
Por su parte, las cuatro hermanas del príncipe se casaron con nobles alemanes que en su mayoría eran simpatizantes del emergente movimiento nacionalsocialista alemán.
Las cuatro hijas de los príncipes de Grecia y Dinamarca se relacionaron con nobles o militares cercanos al movimiento nazi en Alemania.
La infancia de Felipe estuvo fragmentada y marcada por una serie de pérdidas y tragedias familiares.
En 1930, cuando tenía 8 años, su madre fue internada en un centro psiquiátrico tras sufrir una crisis nerviosa.
Felipe vio poco a sus padres en los años que siguieron. Su padre se retiró en Francia, en la Costa Azul, y los parientes de su madre en Reino Unido ayudaron en su crianza.
Posteriormente adoptaría el apellido de ellos, Mountbatten, la forma en inglés del nombre familiar Battenberg.
Felipe pasó sus años de adolescencia internado en una escuela escocesa, Gordonstoun.
Su fundador y director era el pionero educador judío Kurt Hahn, quien fue expulsado de Alemania por condenar a los nazis.
Kurt Hahn, fundador y director de la escuela Gordonstoun, en Escocia.
Hahn y Gordonstoun proporcionaron al príncipe Felipe una sensación de estabilidad muy necesaria después de los diversos trastornos de su infancia.
Pero sus últimos años allí se vieron ensombrecidos por la muerte de su hermana Cecilie y su familia en un accidente de avión cuando se dirigían a Londres para asistir a una boda familiar en 1937.Le tocó a Hahn dar la noticia a Felipe, de 16 años, quien nunca olvidaría el «profundo impacto» al escuchar lo sucedido en el despacho del director.Quizá más resiliente que la mayoría de los niños por los otros golpes que había sufrido en la vida, «no se derrumbó», según registró más tarde Hanh.
«Su dolor era el de un hombre», manifestó.
Seis meses después, Felipe sufrió otra pérdida: la de su tutor Georgie Milford Haven, quien murió de cáncer a los 45 años de edad.
Pero los lazos de Felipe con Grecia no se llegaron a romper porque era el hogar de su madre, que tuvo una vida llena de altibajos.
Sorda desde los 4 años, a Alicia de Battenberg (1885-1969), bisnieta de la reina Victoria de Reino Unido, la tomaron por una niña con dificultades intelectuales porque nadie reconocía lo que le pasaba.
La joven aprendió ocho idiomas mediante lectura labial.
En 1902 conoció al príncipe Andrés, cuarto hijo varón del rey Jorge I de Grecia, con quien se casó un año después en la ciudad alemana de Darmstadt, antes de establecerse en los palacios reales griegos.
Durante las guerras de los Balcanes (1912-1913) trabajó como enfermera voluntaria de la Cruz Roja, pero después de su marcha a Francia, su situación volvió a caer en picado.
Su relación con el príncipe se deterioró hasta tal punto que fue internada en un sanatorio después de que Sigmund Freud le diagnosticara esquizofrenia y le aplicara terapia de electrochoque.
Cuando finalmente salió del sanatorio, se separó de su marido y regresó a Alemania.
Mientras tanto, Felipe estudiaba en Inglaterra, en Francia y en Alemania, y a sus 18 años, se alistó en la Marina Real británica.
El príncipe Felipe se convirtió en uno de los tenientes más jóvenes de la Marina Real británica.
El futuro duque de Edimburgo regresó a Grecia con la intención de vivir con su madre, que había vuelto a ese país un año antes para trabajar con los pobres.
Solo pudo estar un mes con ella pues su tío, el rey Jorge II de Grecia, le pidió que volviera a Reino Unido para continuar su servicio en la Marina.
El príncipe Felipe combatió durante la Segunda Guerra Mundial mientras su madre continuaba en la Grecia ocupada por la Alemania nazi.
Después de la liberación, Alicia de Battenberg trabajó décadas como monja e intentó establecer un monasterio en la localidad griega de Tinos.
A partir de 1949, la princesa Alicia no se dejó ver en otra ropa que no fuera el hábito de monja.
En 1947, la princesa acudió a la boda del príncipe Felipe con la entonces princesa Isabel de Inglaterra y también asistió pocos años después a la coronación de la reina.
Finalmente, en 1967 el príncipe de Edimburgo la trasladó al palacio de Buckingham, donde falleció dos años después.
La «ruptura oficial» de Felipe con Grecia se produjo el 21 de noviembre de 1947, antes de casarse con Isabel II, cuando renunció a su título real heleno.
Adoptó entonces el apellido de la familia de su madre (Mountbatten) y se convirtió en ciudadano británico.
Su compromiso fue anunciado en julio de 1947.
Ahora, tras conocerse la muerte del duque de Edimburgo, en su país nativo tuvieron un recuerdo para él.
La presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropoulou, compartió una foto de un joven Felipe vistiendo el uniforme distintivo de la Guardia Evzone, una unidad ceremonial que en la actualidad todavía protege el Parlamento griego.
«El duque de Edimburgo, el príncipe Felipe, que nació en Corfú, sirvió a su país con devoción durante muchas décadas. Expreso mi más sentido pésame a Su Majestad la Reina Isabel II, los miembros de la Familia Real Británica y el pueblo británico», dijo la mandataria griega.
El alcalde de Atenas, Kostas Bakoyannis, también expresó en un comunicado su «profunda tristeza» por la muerte del príncipe Felipe.
Dijo que la vida del duque de Edimburgo «sirve como ejemplo de tenacidad y de adaptabilidad ante la adversidad», y extendió su pésame al príncipe Carlos, quien visitó la ciudad el pasado 24 de marzo.
«Grecia es la tierra de mi abuelo y del nacimiento de mi padre, hace casi 100 años, en el año del centenario de la independencia griega», declaraba el hijo primogénito de Isabel II y del duque de Edimburgo, recordando el exilio de su familia paterna.
«Grecia ha ocupado durante mucho tiempo el lugar más especial en mi corazón».
Fuente: BBC