Un nuevo estudio demuestra que ciertas grasas saturadas podrían tener efectos beneficios para la salud.
Uno de los principales problemas parece ser que decir simplemente que las grasas saturadas son malas o que la mantequilla debe regresar a nuestras mesas puede resultar engañoso, ya que es una cuestión de matices.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que sólo se debería consumir 10% o menos de calorías provenientes de grasas saturadas.
El argumento es que este tipo de grasas aumenta el colesterol malo en la sangre, aunque también aumenta el bueno.
El colesterol malo se incrusta en las arterias y eventualmente puede causar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
¿Sabe distinguir las grasas malas de las buenas?
¿Confusión?
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir sólo un 10% de calorías provenientes de grasas saturadas.
Pero lograr obtener la mejor evidencia cuando de nutrición se refiere es siempre una pesadilla.
Algunos estudios se basan en cuestionarios en los que se pregunta a las personas qué han comido en el último año y luego comparan eso con otros resultados décadas después.
Pero es difícil recordar qué uno ha comido hace tres semanas y, además, las dietas cambian a través del tiempo.
La organización británica Public Health England, que recomienda reducir la ingesta de grasas saturadas, señala que basan su asesoría en una revisión de 15 estudios que rastreó las dietas de más de 59.000 personas en al menos dos años.
Sin embargo, aún esto es evidencia de por qué puede haber tanta confusión en relación con el tema.
Éste estudio no mostró ningún impacto en las muertes por efecto de ataques cardíacos o sobre otra razón de muerte.
Y el análisis concluye que si se elimina estas grasas completamente de la dieta y se reemplazan con carbohidratos o proteínas, no hay impacto alguno en el riesgo de ataques cardíacos.
Los carbohidratos, y en especial los refinados como el plan blanco, pueden ser tan malos para tu salud como las grasas saturadas.
Es sólo cuando se reemplazan éstas por grasas poliinsaturadas como las omega 3 y 6, que se observa una reducción significativa en los ataques al corazón.
«Lo que hemos constatado en los últimos siete años es que las grasas saturadas no son tan villanas como habíamos pensado», señaló el doctor Lee Hooper, quien condujo un estudio en la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido.
Tipos de grasas
Grasas saturadas –se encuentra en las carnes, incluyendo las procesadas como las hamburguesas, las salchichas, la mantequilla y el aceite de coco.
Grasas monosaturadas, que se encuentra en los aguacates, el aceite de oliva y varios tipos de nueces.
Grasas poliinsaturadas, que se encuentra en pescados aceitosos, aceites de vegetales y semillas.
Trans grasas que se encuentran en galletitas, tortas y margarinas.
Fuente: British Heart foundation