A ver, en la página oficial de la Secretaría de Gobernación, apuntan que atienden el desarrollo político del país y coadyuva en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo Federal con los otros poderes de la Unión y los demás niveles de gobierno para fomentar la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de los mexicanos… Sin embargo, este gobierno carece de mucho y sobre todo, de capacidad de actuación.
Que un presidente contraiga Covid-19 estresa a cualquier país, y por supuesto, a sus ciudadanos. Un poco más en el nuestro, donde el mandatario concentra en su persona todos, todos los reflectores. La enfermedad de Andrés Manuel López Obrador es un motivo de preocupación que no debe convertirse en alarma. Informar al respecto no sólo es obligado, sino que debe hacerse con mensajes precisos que generen certidumbre… hipotéticamente.
La secretaria de Gobernación en las mañaneras ha actuado de todo, menos como una comunicadora eficiente y eficaz, ni siquiera sabe responder correctamente, además, debía guardar aislamiento hasta que sus pruebas constataran un caso negativo del Covid-19.
El presidente López Obrador quiere mantener en el cargo a Olga Sánchez Cordero, habremos de entender que está dándole peso a los símbolos: exministra de la Corte y primera mujer en Segob, en lugar de a la realidad: toda organización requiere buenos bateadores emergentes; la actual secretaria no lo es y ya lo demostró, pues en términos prácticos, hasta el vocero Jesús Ramírez le tuvo que corregir o de plano soplar respuestas a preguntas sobre la salud del Presidente.
Si a pesar de lo que hemos visto, el presidente decide dejar en su puesto a Sánchez Cordero, no será porque quiere mantener una “gobernabilidad”, porque… siendo honestos, ésta no se maneja bajo esta Presidencia.
México padece varias crisis simultáneas. La de la pandemia, obvio. La económica, agravada por el Covid-19. La de inseguridad y justicia… y hasta más. Con tan terrible panorama lo último que necesitamos es que la información sobre la enfermedad del Presidente se convierta en un agravante.
Si acaso, este gobierno se toma en serio este papel, la administración debe ser proactiva: nombrar un vocero, un equipo que reporte puntualmente sobre la salud del Presidente. No dejar lugar a especulaciones.
De qué nos vale que simulen normalidad alguna poniendo a Sánchez Cordero en mañaneras que sin AMLO pierden sentido.
Poner a Sánchez Cordero en la mañanera, contravino los protocolos médicos y sólo expuso abiertamente que no es apta para secretaria de Gobernación.
¿Qué necesidad de exhibirla?
¿Qué necesidad de generar más confusión y menos certidumbre?
Ninguna, pero este Gobierno sólo sabe improvisar y hasta eso, le sale mal.
Aletia Molina
@AletiaMolina