El Nobel de Química, Mario Molina, que falleció ayer a los 77 años a causa de un infarto, es despedido por su familia con un funeral privado al poniente de la Ciudad de México.
Lorena González, coordinadora de Comunicación del Centro Mario Molina, informó que debido a la situación en la que se encuentra el país por la pandemia de Covid-19, el funeral es únicamente para la familia.
“El funeral del Dr. Molina se realiza durante este día y es completamente privado, solamente para familia debido a la situación sanitaria. Los restos del doctor Molina serán cremados y permanecerán en México”, dijo González.
Mario Molina falleció ayer a causa de un infarto, informó la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se formó como ingeniero químico en los años 60; luego realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania, y recibió un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California, Berkeley (1972).
En 1974, con F.S. Rowland publicó un artículo en la revista Nature acerca del adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de gases industriales, que les mereció el Nobel.
“Cuando elegí por vez primera el proyecto de investigación sobre el devenir de los clorofluorocarbonos en la atmósfera, fue simplemente por curiosidad científica. No consideré en ese momento las consecuencias ambientales de lo que Sherry y yo comenzábamos a estudiar. Me emociona y me mueve la humildad el que pude hacer algo que no sólo contribuyó a nuestra compresión de la química atmosférica, sino que también tuvo profundas repercusiones en el medio ambiente global”, escribió el científico mexicano en su autobiografía.
Apenas el lunes, Mario Molina estuvo en El Colegio Nacional y se le vio muy bien, confirmó Juan Villoro, presidente en turno de esa institución de la que Molina era miembro desde 2003.
Fuente: El Universal