El papa Francisco se internó el lunes en uno de los barrios más peligrosos del mundo, donde llamó a cristianos y musulmanes a poner fin a una espiral de odio, venganza y derramamiento de sangre que ha dejado miles de muertos en los últimos tres años en la República Centroafricana.
En medio de fuertes medidas de seguridad, Francisco recorrió la zona PK5, un distrito donde la mayoría de los musulmanes que no han logrado huir de la capital del país han buscado refugio.
El barrio ha sido aislado del resto de la ciudad de Bangui durante los últimos dos meses por un anillo de seguridad de las llamadas milicias cristianas anti-Balaka, que bloquean la entrada de suministros y la salida de musulmanes.
Un fuerte despliegue de fuerzas de paz de Naciones Unidas, con rifles y chalecos antibalas, marcó la visita del pontífice a PK5 y se podían ver vehículos blindados con ametralladoras montadas a lo largo de la caravana.
Francotiradores de la ONU observaban desde lo alto de los minaretes que coronan una mezquita verde y blanca recién pintada, donde cientos de musulmanes del barrio PK5 escucharon el apasionado llamado de Francisco a poner fin a la violencia.
Cristianos y musulmanes son hermanos y hermanas», dijo el Papa tras el discurso del imán Moussa Tidiani Naibi, uno de los líderes religiosos locales que trata de fomentar el diálogo.
Los que dicen creer en Dios deben también ser hombres y mujeres de paz», sostuvo Francisco, que destacó que cristianos, musulmanes y seguidores de otras religiones tradicionales han convivido en paz durante muchos años.
La República Centroafricana se sumió en el caos a principios de 2013 cuando rebeldes del grupo Seleka, principalmente musulmanes, tomaron el poder en el país de mayoría cristiana, provocando represalias por parte de las milicias cristianas.
Líderes de ambos lados dicen que el odio ha sido manipulado con fines políticos.
Juntos digamos no al odio, no a la venganza, no a la violencia, en particular a la que se comete en nombre de una religión o de Dios. Dios es paz, Dios salam”, exhortó Francisco.
Tras la visita a la mezquita, Francisco se trasladó en el papamóvil descubierto a visitar a los refugiados reunidos en tiendas cercanas al templo, después visitó la escuela de Koudoukou y por último se transfirió al estadio Barthélémy Boganda de Bangui para celebrar una misa.
Es bueno, sobre todo en tiempos difíciles, cuando abundan las pruebas y los sufrimientos, cuando el futuro es incierto y nos sentimos cansados, con miedo de no poder más, reunirse alrededor del Señor, como hacemos hoy, para gozar de su presencia, de su vida nueva y de la salvación que nos propone, como esa otra orilla hacia la que debemos dirigirnos”, dijo en la homilía.
Precisó que “la otra orilla es, sin duda, la vida eterna, el Cielo que nos espera” y aseguró que “la vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor”.
Durante el oficio, el Papa reiteró el mensaje central de su visita: «Dialogar con el que es diferente».
Ustedes, queridos centroafricanos, deben mirar sobre todo al futuro y, apoyándose en el camino ya recorrido, decidirse con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su país, a lanzarse hacia nuevos horizontes», añadió.
Al término de la misa y tras saludar al arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, e impartir la bendición final, el Papa se trasladó en auto al aeropuerto de la capital centroafricana para regresar a Roma, tras concluir su viaje apostólico por Kenia, Uganda y la República Centroafricana.
El avión papal despegó poco después de las 12:35 hora local (11:35 GMT), tras una breve ceremonia de despedida oficial en el aeropuerto internacional de M’Poko de Bangui, en presencia de las autoridades de la transición y de los obispos centroafricanos.
El Papa ha llevado un mensaje de «paz» y «reconciliación» a los tres países africanos que ha visitado, donde la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos es habitual, pero especialmente a República Centroafricana.
Se espera que el avión del pontífice, el ‘Shepherd One’ (‘Pastor Uno’), aterrice en el aeropuerto Ciampino de Roma sobre las 18:45 horas locales (17:45 GMT).
Fuente: Excélsior