El temor por los efectos que el coronavirus (COVID-19) dejen en la economía mundial ya llevan a los inversores a buscar refugio en activos considerados más seguros, como el oro, el yen y la deuda de países solventes, principalmente Estados Unidos y Alemania.
El precio del petróleo cae con fuerza por el temor a un frenazo de la economía mundial y por la falta de acuerdo entre la OPEP y otros países productores de crudo.
En México, el tipo de cambio subió por encima del nivel psicológico de 20 pesos por cada dólar durante la noche del jueves y al inicio de la última jornada bursátil de la semana, se coloca por encima de los 20.23 pesos por uno. La moneda mexicana mostró una fuerte depreciación de 1.90 por ciento, o 37.7 centavos; la analista de Banco Base, Gabriela Siller afirmó que el movimiento “crea la posibilidad de alcanzar niveles cercanos a los 21 pesos en los siguientes días”.
“El peso mexicano, que había sido una de las divisas preferidas del mercado por las altas tasas de interés en México, ha perdido atractivo, pues la alta volatilidad representa un gran riesgo”, destacó Siller. El peso mexicano, al ser una de las divisas de economías emergentes con mayor liquidez y que opera las 24 horas, es propensa a la especulación.
Durante la semana, el peso acumula una depreciación de 3.07 por ciento o 60.4 centavos, mientras que desde el punto mínimo en el año alcanzado el 17 de febrero, el peso acumula una depreciación de 9.16 por ciento. Asimismo, en lo que va del año el peso acumula una pérdida de 7.01 por ciento.
En Europa, el mercado de capitales cae acumulando pérdidas cercanas a 4 por ciento en la mayoría de los índices. Italia y Grecia anunciaron medidas de contención del COVID-19 (cancelación de eventos masivos y suspensión de actividades escolares).
El Ibex 35, el selectivo de la Bolsa española, bajaba un 3.6 por ciento a las 14:00 horas; Londres perdía un 3.4; Fráncfort, un 3.5; París, un 3.8; y Milán, un 3.3 por ciento.
En Asia, Tokio ha caído un 2.72; Hong Kong, un 2.32; y Seúl, un 2.16 por ciento.
Según Sergio Ávila, de IG España, los inversores temen que el impacto económico derivado de la expansión del coronavirus sea mayor del calculado inicialmente y que afecte no solo a Asia sino también a Europa y EU.
En la misma línea, Renta4 cree que la aversión al riesgo se ha intensificado en los mercados ante el temor a un parón en la economía y en los resultados empresariales.
Frank Häusler, de Vontobel AM, prevé un descenso significativo en el ritmo de crecimiento de la economía mundial, pero espera una recuperación en verano.
Bank of America insiste en que las políticas monetaria y fiscal no evitarán los problemas en la oferta causados por la interrupción de las cadenas globales de suministro, pero precisa que pueden minimizar los efectos de la epidemia en la demanda.
El Banco Asiático de Desarrollo ha cifrado entre 77 y 347 mil millones de dólares el impacto del coronavirus en la economía mundial, lo que supondría entre el 0.1 y el 0.4 por ciento del PIB global.
Los precios del petróleo registran bajadas sensibles, agravadas por la falta de acuerdo entre la OPEP y otros países productores, principalmente Rusia.
El Brent, de referencia en Europa, baja un 5 por ciento y cotiza por debajo de los 48 dólares, su mínimo desde julio de 2017. El Texas, referente en EU, cae también un 5 por ciento y se negocia por debajo de los 44 dólares, aunque ha llegado a caer hasta su nivel más bajo mínimo desde 2016.
En Viena, las diferencias entre Arabia Saudí y Rusia han retrasado la reunión prevista entre la OPEP y otros grandes países productores.
La salida de fondos de la renta variable se percibe en la evolución de activos refugio como los bonos de EU y Alemania, el oro o el yen, la moneda japonesa.
La rentabilidad de los bonos estadounidenses y alemanes a diez años están en mínimos históricos, y el oro se acerca a máximos de siete años.
Fuente: Sin Embargo