La narrativa de la NFL por muchos años ha establecido casi como un sello de garantía absoluta que en los partidos en los que se enfrenta una gran ofensiva contra una gran defensiva, la explosividad del ataque palidece.
La historia pocas veces modifica su cause natural a menos que se encuentre con situaciones extraordinarias o personajes mitad hombre mitad espectáculo como Patrick Mahomes que fiel a lo que protagonizó en la postemporada remontó las adversidades para darle a los Chiefs de Kansas City el trofeo Vince Lombardi.
Los Chiefs se impusieron 31-20 a los 49ers que colapsaron en una noche en Miami que jamás olvidarán.
En su primer viaje al Super Bowl en 50 años, Kansas City remontó en el último periodo un déficit de 10 puntos ante una defensiva que a lo largo del año intimidó rivales y guio los triunfos.
Mahomes quien en las dos recientes temporadas se adueñó de la etiqueta del jugador más emocionante de la liga, obtiene su primer campeonato de NFL.
Perteneciente a una generación de quarterbacks con gran movilidad, Patrick contagió de su vértigo a toda una comunidad que se acostumbró a evidenciar los triunfos ajenos.
El coach Andy Reid sigue construyendo el camino que lo llevara al Salón de la Fama con el primer campeonato.
No hay una persona dentro de la organización que no quiera a Reid, hombre acostumbrado a dar segundas oportunidades.
Fuente: El Universal