Seis funcionarios españoles involucrados en el incidente diplomático en la Embajada de México en La Paz abandonaron Bolivia el domingo, informó el Gobierno de ese país.
El Ministro de Gobierno, Arturo Murillo, pidió el sábado la salida de los españoles.
«Acompañada de encapuchados presumiblemente armados que intentaron ingresar de forma subrepticia y clandestinamente a la Embajada de México en La Paz», denunció el Gobierno de Bolivia.
El mismo sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España negó en un comunicado que la visita de la encargada de negocios de España, Cristina Borreguero, a la embajada de México en La Paz pudiera tener como objetivo facilitar la salida de personas que se encuentran asiladas en esa sede diplomática.
La Residencia mexicana asila a nueve altos cargos del ex Presidente de Bolivia Evo Morales, a quienes el Gobierno boliviano negó entregar un salvoconducto y les inició una demanda penal por sedición, terrorismo y fraude electoral.
La Canciller boliviana Karen Longaric denunció «abuso y atropello a la soberanía» de su país y anunció una queja formal a España.
Tanto México como España informaron por separado que la visita de Borreguero era «de cortesía», y rechazaron un supuesto plan secreto para sacar a los asilados.
Tras el incidente del viernes, Madrid anunció la llegada de una comisión a La Paz para investigar el caso.
El delegado presidencial de Bolivia, Jorge «Tuto» Quiroga, calificó el incidente de neocolonialismo criminal y culpó al Presidente español Pedro Sánchez por lo que calificó de vergüenza y papelón internacional.