México es un país de conciertos. “Te hacen sentir que todo el esfuerzo que pusiste por hacer un concierto vale la pena”, dijo Beck para la revista Rolling Stone respecto a su más reciente visita a México. Nuestro país es conocido a nivel internacional como uno de los públicos más admirados y gracias a eso, llegan artistas de nivel mundial a dar lo mejor de sí.
Proponemos una selección de los mejores conciertos que hubo en nuestro país a lo largo del 2019, que ya cuenta sus últimas horas. Recordamos algunas de las presentaciones que, más allá de costosas producciones y fuegos pirotécnicos, ofrecieron auténticos espectáculos que marcaron a los asistentes.
King Crimson (Teatro Metropólitan). El combo liderado por Robert Frip regresó a México después de dos años para presentar su gira Celebration y dar cátedra de lo que significa ser una máquina de rock progresivo. Recién cumplieron medio siglo de haber lanzado su álbum debut titulado In The Court of the Crimson King. La banda ofreció una experiencia inolvidable, El Rey Carmesí volvió al trono de una forma imponente. Éxtasis puro con setlist actualizado y asombroso.
The Cure (Foro Sol). Apelando a la nostalgia por aquel Three Imaginary Boys (1979), la banda británica liderada por Robert Smith, celebró 40 años de interpretar el icónico tema “Boys don’t cry” con un repaso por los 13 álbumes de estudio que los acompañan. Tras una larga espera desde su última visita al país en 2013, 36 temas desfilaron durante casi tres horas de concierto para compensar al público más leal; la ejecución musical y vocal fue impecable, con 60 años de edad, el tiempo no ha causado estragos en la voz de Smith, ni en la energía y cadencia de The Cure.
Dave Matthews Band (Arena CDMX). Funk, bluegrass, jazz, hasta llegar de manera sutil, a sonidos afroantillanos forman parte del repertorio que maneja la banda originaria de Charlottesville. En este caso, si bien no hubo una respuesta recíproca por parte del público en asistencia, la mitad del foro pudo ser testigo de uno de los espectáculos más sublimes del año. Maestros del escenario para crear atmósferas festivas que hicieron retumbar los corazones. Cada miembro de la banda es un show en sí mismo.
Iron Maiden (Palacio de los Deportes). La doncella de hierro llegó con su Legacy of the Beast Tour para hacer pedazos el Domo de Cobre. Bruce Dickinson y compañía nos ofrecieron una serie de escenarios espectaculares, con momentos emotivos desde lo salvaje del heavy metal hasta lo sublime de su teatralidad. Sin duda un concierto que brilló por su espectacularidad. Ahora están por sacar nuevo disco y en nuestro país ya anhelamos su regreso.
Santana (Foro Sol, Vive Latino). Con un cartel de lujo el Vive Latino nos dio algunos shows memorables, pero sin duda destacó la presentación del legendario guitarrista quien, junto a su banda, dieron un festín de ritmos tropicales fusionados con la elegante forma de hacer vibrar la guitarra de Carlos Santana. El mexicano se mostró bromista y a gusto con su público. Nos dio una probada de aquella simbólica participación en el Woodstock.
Florence and The Machine (Palacio de los Deportes). Después de siete años Florence Welch y compañía dieron la oportunidad de disfrutar y vivir un concierto lleno de energía y feminidad, donde homosexuales, amigos y mujeres empoderadas mostraban amor y pasión en cada canción, a ritmo de poesía y letras encantadoras. Su High as Hope Tour nos privó de su lado más oscuro pero nos dejó con la sensación de haber sanado algo en el cuerpo.
Ely Guerra (Centro Cultural Roberto Cantoral). La compositora presentó su sexta producción discográfica Zion, junto al productor argentino Camilo Froideval, en la que reúne la sabiduría adquirida a lo largo de sus 47 años de edad para expulsarla sonoramente por un viaje experimental que tocó fibras sensibles en el público a través de cánticos corales y un trabajo integral y exclusivamente vocal, demostrando que Ely Guerra es una artista capaz de evolucionar y resurgir rompiendo paradigmas sonoros.
Björk (Parque Bicentenario). La finlandesa llegó para presentarnos esa fusión de “teatro digital” y “concierto de música pop de ciencia ficción”, que es Cornucopia, que además fue una forma de expandir el propósito de su disco Utopía para dar un mensaje mucho más contundente sobre un futuro alternativo femenino, feminista y esperanzador, en el que “la naturaleza y la tecnología colaboren”, como lo dice literalmente en una parte del show. Visualmente fue algo sin igual.
Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina (Auditorio Nacional). El par de leyendas de la canción se volvieron a juntar con su gira No hay dos sin tres, con conciertos en donde no sólo nos deleitaron con la lírica de sus canciones, a veces en voz de Sabina y a veces en voz de Serrat, sino que también contagiaban su manera libre y poética de vivir. La nostalgia fue divertida, se elevó el sarcasmo y hubo hasta besos en el escenario entre las dos leyendas.
Rubén Blades (Auditorio Nacional). El panameño, autor del célebre tema “Pedro navajas”, se dio el lujo de ofrecer un concierto de poco más de tres horas en el que sonaron sus más emblemáticos temas. Sin más invitados que sus memorias y simplemente acompañado por la Orquesta de Roberto Delgado, echó mano de su anecdotario entre cada interpretación, ofreciendo más que un concierto, una película de su trayectoria y vida. Demostrando ser un cantante del tipo que reúne la poesía de la vida y la hace canción, pero siempre con sencillez y disciplina en su interpretación.
The Hives (El Plaza Condesa). No conformes con haberle robado gloria a los Arctics Monkeys en su concierto en el Foro Sol donde fungieron como teloneros, llegaron a El Plaza Condesa para hacer gala de un punk sofisticado y cargado de euforia. Fue una ráfaga de canciones pegajosas y riffs sucios, sello indiscutible de la banda sueca. Pocas bandas dominan el escenario con tal brutal explosión de energía y potencia en cada instrumento, la banda se deja llevar por el frenesí y lo contagia.
Massive Attack (Foro Pegaso, Festival Ceremonia). Los padres del trip hop ofrecieron otros de los shows inolvidables. El dúo de Bristol, Reino Unido, compuesto por Robert Del Naja y Grant Marshall, no escatimó en sorpresas durante su show que tuvo como principal plataforma el 21 aniversario de Mezzanine, su disco más afamado, el cual contó con un arsenal de músicos invitados como Horace Andy, Deborah Miller, Young Fathers y Elizabeth Fraser de Cocteau Twins. Fue un show minimalista pero emocionalmente intenso.
The Raconteurs (El Plaza Condesa). En su participación en el Corona Capital mantuvieron un nivel excepcional pero lo hecho en su show individual rebasa las expectativas de lo espectacular. Jugaron con la intimidad del recinto como pocas bandas y a cada rato sorprendían con alguna canción o invitado (vaya, nos referimos a Julian Casablancas). Jack White y compañía se coronaron con maestría en la locura que resulta fusionar rock, country, blues y hasta punk. Aún retumban los oídos.
Vampire Weekend (Explanada Estadio Akron, Festival Coordenada). Los neoyorkinos se encargaron de cerrar el escenario Tecate Ámbar, durante la sexta edición del Tecate Coordenada, con ese peculiar indie rock que suele ambientar las puestas de sol en la Costa de California. Sin embargo un ligero cambio en su alineación dio un toque distinto a la interpretación de la guitarra, cortesía de Brian Robert Jones, músico que acompañó a la banda durante la gira de este año, quien demostró no solo estar a la altura de la agrupación sino tener el virtuosismo necesario para adueñarse del escenario durante los solos de guitarra.
Billie Eilish (Autódromo Hermanos Rodríguez, Corona Capital). Durante su primera visita al país, en el marco de la décima edición del festival Corona Capital, la compositora estadunidense reunió a un gran número de asistentes, pues las expectativas por esa primera impresión fueron altas y no decepcionaron. Su desempeño vocal era evidente pese a la pista que la acompañó durante algunos temas. La iluminación y sonido confirmaron el nivel de espectáculo que ofrece la joven de 17 años, convirtiéndose en el perfecto preámbulo para el primer concierto en solitario que ofrecerá en México en el Palacio de los Deportes el próximo 27 de mayo del 2020.
Fuente: Crónica