El año que está a punto de terminar ha dejado para la historia algunos grandes triunfos cinematográficos y unas cuantas decepciones. Hagamos un repaso de los que nos sorprendió, decepcionó y maravilló durante el año 2019.
Con el último año de la década llegan las grandes reflexiones de los cambios y transformaciones que atraviesa, quizás, la forma de arte masiva más querida e importante de nuestra cultura. El cine de 2019 ha sido, sin duda, un recorrido por todo tipo de emociones y propuestas que al final demuestran la rápida evolución de una forma de arte cada vez más ligada a las grandes plataformas tecnológicas y nuevas formas de entretenimiento. De modo que… ¿qué mejor forma de celebrar sus alcances que llevar a cabo un rápido análisis de lo que nos asombró, decepcionó y sobre todo, intrigó este año?
Te dejamos un pequeño resumen de las películas que deberías ver para comprender los últimos meses y su importancia de cara a la nueva década del siglo:
Nos sorprendieron:
Parasite (Bong Joon Ho)
Inclasificable, poderosa y extraña, es quizás la película que mejor define un 2019 llena de propuestas asombrosas. Con el premio a la mejor película del festival de Cannes a cuestas, no sólo celebra esa necesidad del cine de dejar a un lado las etiquetas sino de combinar géneros de una manera exitosa. Con su combinación de drama, suspenso y humor negro es, sin duda, una demostración de que el cine actual está tomando riesgos extraordinarios para contar historias de una forma por completo nueva.
Avengers Endgame (Hermanos Russo)
¿Una película de tres horas con el grupo de superhéroes más grandes que se recuerde en escena? ¿Podría funcionar algo así? No sólo lo hizo, sino que, además, sentó las bases de un tipo de historias de superhéroes en las reflexiones sobre la humanidad del poder y su forma de comprender sus alcances. Es casi tan importante como el entretenimiento en estado puro. La primera hora es todo un doloroso recorrido por el luto y el duelo, mientras que la segunda es el gran espectáculo que todos esperábamos encontrar en pantalla.
Doctor Sleep (Mike Flanagan)
Otra apuesta arriesgada: tratar de brindar un nuevo aire a un clásico del terror como El Resplandor de Stanley Kubrick a la vez que complacer las aspiraciones de Stephen King de una adaptación respetuosa de su libro. Parecía en exceso ambicioso e, incluso, por completo imposible. Pero Flanagan optó por algo intermedio y logró una película de terror que también es un gran homenaje a la obra de ambos autores. Toda una proeza que cautivó a los fanáticos, aunque no funcionó del todo en taquilla.
Joker (Todd Phillips)
Con su aire decadente, extravagante y su historia pesimista, la historia de origen del villano más emblemático de ciudad de Gotham asombró por sostener no sólo un discurso meditado sobre el horror, la oscuridad del espíritu humano sino la maldad como mera consecuencia de una cultura indiferente. Con su mirada realista a los males de la sociedad y también, una actuación de Joaquin Phoenix que casi le asegura un premio de la Academia, demostró el poder innegable de los grandes símbolos de la cultura pop en el cine.
El irlandés (Martin Scorsese)
Tres horas de una película meditada, pausada y quizás, la obra cumbre de Scorsese en la que enlaza sus temas favoritos con una meditada mirada sobre la corrupción del hombre moderno y la maldad contemporánea. El gran director pudo conformarse con algo más resumido, quizás menos simbólico, pero optó por mantenerse fiel a su esencia y creó la obra definitiva del cine moderno. Lo hizo además en una plataforma moderna, que le brindó todas las facilidades y le apoyó cuando ningún estudio. ¿Nuevos tiempos en la meca del cine?
Nos decepcionaron:
Capitan Marvel (Anna Boden, Ryan Fleck)
El año comenzó con la historia de origen de la que estaba llamada a ser la gran respuesta Marvelita al éxito de Wonder Woman (Patty Jenkins -2017) , pero resultó en una película con un guión convencional, que tomó escasos riesgos y transformó a Carol Danvers en un recurso facilón para contar una historia de mujeres poderosas. Vamos Marvel, puedes hacerlo mejor que eso. Esperamos que el futuro de uno de los personajes más emblemáticos de la casa Marvelita sea mejor que esta película plana, sin demasiados alicientes y poco convincente.
Terminator Dark Fate (Tim Miller)
La película tenía todo para convertirse en un fenómeno de taquilla y público: desde un guión que se anunciaba como la vuelta a los orígenes de la saga hasta el regreso del reparto original, el film era quizás un homenaje a la nostalgia de buena parte de los seguidores de la franquicia. Pero se convirtió en uno de los fracasos taquilleros más resonantes del año, a pesar de tener alguna que otra secuencia de acción memorable y que la historia es mucho más sólida que el resto de sus predecesoras. Quizás se trate que la franquicia necesita un largo y merecido descanso antes de volver a brillar.
Gemini Man (Ang Lee)
Un proyecto que levantó la curiosidad de todos: El multitaquillero Will Smith se enfrentaría a sí mismo en medio de una batería de efectos especiales que convertirían al film en un hito de la ciencia ficción. Pero la película resultó una colección de aburridos clichés sin mayor importancia cuyo guión fue engullido por una tecnología de punta que todavía, no logra convencer a la mayor parte del público.
El Rey León (Jon Favreau)
Sí, lo sabemos: fue un éxito de taquilla y quizá te hizo llorar. Pero también demostró que Disney está llevando demasiado lejos su nueva tendencia por llevar al Live Action sus clásicos animados, cuya fuerza y elegancia se hace más obvia ante los resultados de sus versiones digitales o encarnados por actores reales. La película contó la misma historia amada por multitudes pero sin la misma fuerza, encanto y elegancia. Al final se trató de una gran y decepcionante colección de efectos visuales vacíos que no homenajeó a la película original.
Ad Astra (James Gray)
Destinada a convertirse en la sucesora sentimental de la magnífica Interstellar de Christopher Nolan, la película de James Gray se toma demasiado en serio y termina convertida en una sucesión extraña de escenas deslumbrantes con un blando contenido filosófico. Al final, y aunque Brad Pitt construye un papel interesante y profundamente humano, la película navega en el limbo nada deseable de los films que no logran captar la atención del público o mantener su interés más allá de su primera media hora.
Nos intrigaron:
Dolor y Gloria (Pedro Almodóvar)
Almodóvar en su máximo esplendor brinda al 2019 una de sus películas más profundas y maduras sobre la pérdida del amor, la juventud y sobre todo, la batallas íntimas por la identidad. Una obra meditada, sentida, melancólica de un cineasta que homenajea al cine desde el cine, además con una maravillosa cualidad que desconcierta por su sensibilidad.
“Érase una vez … en Hollywood” (Quentin Tarantino)
Tarantino regresó, sorprendió y dejó a todos sus fanáticos haciéndose unas cuantas preguntas sobre una película extrañamente profunda que analizó a Hollywood como una obra clásica, una pieza de museo llena de sus propias reglas y pequeños momentos inquietantes. Pero sobre todo como una búsqueda de identidad que la convierte no sólo en la obra más adulta de su director, sino también en la más elocuente. Asombrosa por su cuidado al detalle y un guión poderoso, el film es quizás el gran diálogo de su director con su lugar como icono cinematográfico de las últimas dos décadas.
Dolemite es mi nombre (Craig Brewer)
La que se esperaba fuera la resurrección de Eddie Murphy terminó siendo una curiosa mezcla de temas y tópicos que no encaja en ningún género pero que, aun así, tiene la rara cualidad de analizar el mundo del espectáculo dentro de cierta mirada entusiasta. Además muestra las pequeñas rarezas de una búsqueda de identidad de un hombre que asumió el cine como una mezcla de aventura y asombro.
Frozen II (Jennifer Lee y Chris Buck)
Destinada a ser la secuela de un éxito de taquilla, la película sorprendió por tener un guión mucho más sustancioso y profundo que la primera. Además de analizar una meticulosa simbología que la convierte en un camino del héroe que las heroínas Elsa y Anna recorren con una sensibilidad que hizo emocionar a la audiencia. Y no sólo a la infantil.
¿Qué nos espera en la tercera década del milenio? Desde la cuarta fase del Universo Cinematográfico de Marvel hasta el auge de las nuevas plataformas streaming, el cine tendrá que luchar y sostenerse con arte por encima de los grandes adelantos tecnológicos y quizás, el agotamiento de algunos grandes géneros actuales. Pero para bien o mal, será siempre un espectáculo digno de disfrutarse.
Fuente: Hipertextual