Tenía que suceder, la sombra que amenazó a Donald Trump desde el primer día de su mandato, llegó a la Cámara de Representantes, que ha iniciado una investigación para determinar si existen suficientes elementos para iniciarle un procedimiento de IMPEACHMENT.
No fue la injerencia rusa en la eleccción, a pesar de las evidencias de los vínculos con su equipo de campaña, no fue el caso Robert Muller, aún cuando se exhibió presionando al ex director del FBI, no ha sido su innegable conflicto de intereses en múltiples casos; ha sido la revelación que hizo un agente de la comunidad de inteligencia, por el contenido de una llamada telefónica en la que habría chantajeado al nuevo presidente de Ucrania para que investigase a su más fuerte rival político para la elección del próximo año, el exvicepresidente Joe Biden.
La breve pero turbulenta presidencia de Trump es una fábrica de polémicas, unas generada por sus maneras arrebatadas de hacer política desde el Twitter y otras por sus desplantes hacia quienes no ven el mundo como él, amén de suene rente tendencia a faltar a la verdad, The Washington Post le lleva un. Recuento que ya supera las 12 mil falsedades del 20 de enero de 2017 a la fecha.
A la investigación sobre la petición de Trump al presidente de Ucrania se vendrán otras como las llamadas con Putin, además del encuentro privado que tuvieron los dos mandatarios sin los asesores y traductores oficiales de Estados Unidos, el muy traído y llevado asunto de las declaraciones de impuestos que Trump se ha negado a mostrar y los casos de conflicto de interés desde la Casa Blanca en favor de la corporación Trump.
Así pues, no se trata de un intrincado tema que la sociedad estadounidense no alcanza a entender, ahora es un tema sencillo que implica violación a la constitución y un golpe bajo contra su principal adversario para la elección del próximo año.
El juicio político es un proceso muy complicado porque aunque salga decretado de la Cámara de Representantes en el Senado los republicanos tienen mayoría, a menos que, por fin, quienes no están conformes con el rumbo que Trump le ha dado a su partido y a la propia presidencia se decanten por la destitución.
No es remoto suponer que en las altas esferas del conservadurismo estén considerando que 4 años de Trump son suficientes y que es tiempo de pensar en el Vicepresidente Mike Pence como candidato para el 2020. Pence es un político de larga experiencia, ha sido legislador y gobernador de Indiana, de hecho en la campaña anterior hubo un momento en que se valoró un relevo para quitar a Trump y postular a Pence, quien por cierto goza de una amplia popularidad ente la comunidad evangélica, que ha cobrado una fuerza inusual en la política de varios países.
Un binomio Mike Pence-Nikki Halley, la ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora en ls ONU sería muy atractivo para los republicanos tradicionales.
Para quienes han lamentado la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos es bueno advertirles que Pence no es un flan, se trata de un conservador de cepa, radical en casi todos los temas, a diferencia de Trump, por convicción y forma de vida y Halley camina por rumbos semejantes, por lo pronto se pasea por el país promoviendo su libro.
Ante este panorama ya no es descabellado pensar que el juicio político contra Trump puede resultar demoledor para Joe Biden, quien difícilmente saldrá bien librado, por lo cual personajes como los senadores Elizabeth Warren, Kamala Harris, Cory Booker y Amy Klobuchar; además del alcalde Pete Buttigieg, Julián Castro y Beto O’ Rourke; entre otros tendrían juego nuevo.
Trump ha demostrado tener más vidas que un gato, en los últimos tres años ha sido refractario a toda clase de críticas, como él mismo decía, podría salir y dispararle a alguien en la 5a Avenida de Nueva York y no pasaría nada.
Sin embargo, ahora las cosas parecen distintas y me atrevería a pronosticar que los dueños del conservadurismo no ven con malos ojos que se vaya por la vía de la renuncia como Nixon, que sería menos perjudicial o de plano, si se resistiese, por el juicio político. Todo antes que regresarle el poder a los demócratas.