La producción de petróleo de Arabia Saudita fue recortada a la mitad después de que este sábado una serie de ataques con drones explosivos golpeó el ‘corazón’ de la industria petrolera del reino e incendió la planta de procesamiento de crudo más grande del mundo.
Rebeldes hutíes en Yemen, que son apoyados por Irán y ya habían lanzado algunos ataques a blancos saudíes, se adjudicaron los ataques. Ante esto, Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, señaló, en su cuenta de Twitter, que no hay evidencia de que los ataques provinieron de Yemen.
La petrolera Saudi Aramco tuvo que reducir su producción en aproximadamente cinco millones de barriles al día como medida de precaución después del ataque a su planta en Abqaiq, según el testimonio de una persona enterada del asunto.
La mayor parte de la producción se reestablecerá en las próximas 48 horas, dijo la fuente que pidió no ser identificada.
Este es el ataque más grande contra la infraestructura petrolera de Arabia Saudita desde que el entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, ordenara el disparo de misiles tipo Scud durante la Guerra del Golfo.
Este operativo revela la vulnerabilidad de una red compuesta por campos petroleros, ductos y puertos que suministran el 10 por ciento del petróleo a nivel mundial.
Una interrupción prolongada de la actividad en Abqaiq, donde se procesa el crudo de varios de los campos petroleros más grandes del país antes de ser enviado a las terminales de exportación, sacudiría el mercado energético mundial.
«Abqaiq está en el corazón de todo el sistema y ellos acaban de tener un infarto», explicó Roger Diwan, un observador veterano de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y quien trabaja como consultor para IHS Markit. «Desconocemos la gravedad del ataque».
Una fotografía satelital de un sistema de la NASA publicada este sábado mostró una enorme columna de humo que se extiende más de 80 kilómetros sobre Abqaiq. Cuatro columnas adicionales al sudoeste aparecen cerca del campo petrolífero de Ghawar, el más grande del mundo. Si bien ese campo no fue atacado, su crudo se envía a Abqaiq y el humo podría indicar una quema. Cuando una instalación se detiene repentinamente, el exceso de petróleo y gas natural se quema de manera segura en grandes chimeneas.
Los ataques se realizaron con 10 drones y se produjeron tras una cooperación de inteligencia de personas dentro de Arabia Saudita, informó la agencia de noticias Saba dirigida por los rebeldes, citando al portavoz de los hutíes, Yahya Saree.
«Nuestras próximas operaciones se expandirán y serán más dolorosas mientras el régimen saudí continúe su agresión y bloqueo» en Yemen, dijo.
Los campos y oleoductos de Arabia Saudita han sido blanco de ataques durante el año pasado, a menudo con drones, en su mayoría reclamados por rebeldes yemeníes. Las tensiones en el Golfo Pérsico, que enfrenta a Arabia Saudita y sus aliados, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, contra el enemigo regional Irán, han puesto de manifiesto el riesgo para el suministro mundial de petróleo.
El ataque de hoy es el más grande y sofisticado hasta la fecha. Las fuerzas hutíes han utilizado vehículos aéreos no tripulados de pequeño y mediano tamaño en diversos roles, según un informe de Naciones Unidas. Algunos están cargados con municiones para su uso como ‘drones kamikaze’ con un alcance de hasta mil 500 kilómetros.
Los rebeldes hutíes de Yemen han luchado contra una coalición liderada por Arabia Saudita desde 2015, cuando las fuerzas del Golfo intervinieron para restaurar al Gobierno del presidente Abd Rabbuh Mansur Hadi después de que los hutíes capturaron la capital, Sana’a. El conflicto ha matado a miles de personas y ha causado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Los ataques se producen mientras Aramco, oficialmente conocida como Saudi Arabian Oil, está acelerando los preparativos para presentar una oferta pública inicial. El gigante de la energía ha seleccionado bancos para la venta de acciones y podría cotizar tan pronto como en noviembre, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
Khurais es la ubicación del segundo campo petrolero más grande de Arabia Saudita, con una capacidad de producción de 1.45 millones de barriles por día.
Abqaiq alberga la instalación de procesamiento de petróleo y la planta de estabilización de petróleo crudo más grande del mundo, y tiene una capacidad de procesamiento de petróleo crudo de más de 7 millones de barriles por día, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
«El mercado se dará cuenta de un corte de suministro tan grande y se abrirá con fuerza», dijo Amrita Sen, analista jefe de petróleo de la consultora Energy Aspects Ltd. en Londres. «Por supuesto, si la producción puede reanudarse rápidamente, la recuperación será de corta duración».
Fuente: El Financiero