Roberto Bautista no estaba en las semifinales de Wimbledon a ver qué pasaba. Ni mucho menos. Era su gran oportunidad y aunque enfrente estaba Novak Djokovic, el número uno del mundo y defensor del título, quiso el castellonense apurar sus opciones e hizo pasar un mal rato al serbio. Eso sí, no le sirvió para ganar, porque Nole es mucho Nole (se impuso por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2). Pero cuando el serbio grita, se desespera o patea la hierba es que lo que está sucediendo en la pista no corresponde a lo que él esperaba. Bautista le había superado dos veces este 2019, en dos duelos en pista dura (Doha y Miami), y por eso Djokovic salió a por todas y con un break tempranero lideró cómodo el primer set.
No tardó Bautista en soltarse los nervios, y entonces el partido empezó de verdad. Le buscaba el número uno el revés al español, y el duelo con el tiro a dos manos de ambos fue tremendo. Pero también cambiaban al revés cortado, una y otra vez, con intercambios de hasta 45 golpes, ¡y eso que es Wimbledon, es hierba! Está claro que algo ha cambiado en la capital del tenis, ya no va todo tan rápido, pero sigue siendo espectacular. Pero el partido fue apasionante y Bautista logró una ruptura después de haberse fabricado el punto de break con un revés en el que rompió las cuerdas: se confió Djokovic, dejó pasar la pelota… Y entró. La dinámica de igualdad fue tremenda. Bautista se llevó el segundo set, más agresivo, multiplicando por dos sus golpes ganadores (5 en el primer parcial, 11 en el segundo) y peleó el tercero, en el que también tuvo sus oportunidades y dos pelotas de break desperdiciadas cuando su rival ya le había hecho uno. Pese a lo que pueda decir el marcador, todos los juegos eran muy disputados y el número uno del mundo tuvo que ser más agresivo que nunca. Buscaba y conquistaba la red continuamente, para finalizar con 42 puntos allí de 53 intentados.
El serbio incluso se enfrentó con el público cuando perdió el segundo set con una pelota que tocó antes en la red. También aplaudió algunos puntos al bravo Bautista, que después de ceder el tercer set ya se vino abajo mentalmente y no pudo seguir compitiendo como hasta ese momento. Djokovic jugará su sexta final. De las cinco anteriores sólo perdió una. En ella espera a Nadal o Federer.
Fuente: La Razón