El mexicano Jesús Beltrán León se declaró culpable este miércoles de tráfico de drogas realizado para el Cártel de Sinaloa y evitó así un juicio programado para el 20 de mayo en la corte federal de Chicago (EE.UU.).
Beltrán León, de 35 años, es cuñado de uno de los hijos del líder del cartel, Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera y estuvo involucrado en el transporte de drogas por avión desde México a Estados Unidos en junio de 2013, según la acusación de la fiscalía federal.
Su caso integra una causa donde figuran «El Chapo» Guzmán y otros 19 miembros del cartel, iniciada en 2009 en la corte del Distrito Norte de Illinois.
Con su declaración de culpabilidad se cancela el juicio por jurado y ahora el juez federal Rubén Castillo decidirá su condena, que podría ser a cadena perpetua.
La sentencia fue fijada para el 10 de julio, pero antes se realizarán varias audiencias donde la defensa de Beltrán León podrá presentar los testimonios de varios testigos, informó la fiscalía.
En la audiencia de hoy hubo medidas especiales de seguridad para controlar el ingreso de las personas a la sala del juez Castillo.
Beltrán León fue capturado en México en 2014 y extraditado a Chicago en 2017.
A comienzos de este mes, sus abogados le habían pedido al juez Castillo que durante el juicio no se le vinculara con «El Chapo» Guzmán, o el Cartel de Sinaloa, algo que la fiscalía federal solicitó fuera desestimado.
Argumentaron que la sola mención del capo de la organización, recientemente hallado culpable en un juzgado de Nueva York, «influiría y perjudicaría la objetividad necesaria del jurado para considerar las evidencias» que se presenten contra Beltrán León.
No se informó si hubo una decisión del juez ante el pedido, que quedó sin efecto esta jornada por la declaración de culpabilidad y anulación del juicio.
En documentación presentada en la corte, los fiscales recordaron que el acusado fue el coordinador de la importación de grandes cantidades de cocaína de Centro y Sudamérica a México, que luego era trasladada a Estados Unidos junto con cargamentos de heroína, marihuana y metanfetaminas.
Fuente: Excélsior