En redes sociales ha trascendido la muerte de Lourdes Ruiz, mejor conocida como La Reina del Albur.
Lourdes era ampliamente conocida por ganar varios concursos de albures, dichos picosos muy difundidos en México que hace alusión a cuestiones sexuales.
Alma Eunice Rendón Cárdenas, Secretaria Ejecutiva Adjunta del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, publicó en su cuenta de Twitter…
“Con profunda tristeza lamento la muerte de una GRANDE @Reinadelalbur #Cabrona quien me enseñó de todo y de la grandeza del #BarrioBravo #Tepito y de su gente. C quién vivimos muchas aventuras y proyectos a favor dl barrio y a quien siempre recordaremos por su mágica personalidad”.
El cuerpo de Lourdes Ruíz será velado en funerales García, ubicado en General Prim número 57, cerca de Versalles, colonia Juárez.
En redes sociales decenas de personas lamentan el deceso de la tepiteña.
EL LADO B DE LOURDES RUIZ
Las mujeres de Tepito tenemos que ser más cabronas que bonitas. Más que los hombres, ellos sólo ladran, nosotros mordemos.
La piratería me llevó a Europa, ganaba mucha lana vendiendo videocaseteras. Ahora conozco el mundo, pero la vida no es de a gratis. Vivo en La Fortaleza, aquella vecindad de Tepito con 180 departamentos y cuatro salidas. Ahí vivimos Las siete cabronas invisibles, las que son, las que están y las que vendrán. Cada una con su historia.
A mí, la broma que me jugó la vida fue enterarme a los 13 años que tenía fecha de caducidad. Mi madre me compró una urna que hoy uso de alcancía. Me entero en consulta, en quimioterapia, que la doctora decía que yo no pasaba de los 15. Vuelo, vivo con prisa y me equivoco. Esperaba la muerte y por eso la droga y el alcohol. Es terrible sentir que tienes los días contados, ir a un panteón, acostarte en el suelo y echarte tierra para no levantarte. De niña me caí en un pasamanos, me pegué en la ingle y se hizo un tumor canceroso. Guardar rencor a mi madre al enterarme que autorizó me quitaran la matriz. ¡Que chingona! A los 15 años me llevó a Europa como regalo, yo lo viví como un viaje sin retorno. Han pasado muchos años y el cáncer y yo hemos aprendido a respetarnos. No me mata, pero ahí está. La vida me jugó una broma, ahora yo me burlo de ella”.