El América ya le tomó la medida a los Tigres, tanto que hasta los golea.
La paternidad de Ricardo Ferretti sobre Miguel Herrera parece cosa del pasado. El torneo anterior el cuadro azulcrema fue a ganar a Monterrey en el momento más crítico, y ahora también triunfó, sólo que en el Estadio Azteca, 3-0.
Para lastimar a una de las dos mejores defensivas del torneo había que aprovechar cualquier resquicio, y el América hizo de la táctica fija su arma.
Apenas al 5′, un tiro de esquina derivó en el gol de Bruno Valdez, quien remató la pelota luego de que en primera instancia la había enviado al travesaño. La acción, señalada como fuera de lugar, fue corregida gracias al VAR.
Fue el gol clave en un partido cerrado, con dos grandes equipos renuentes a bajar la guardia, de más marca y lucha que de calidad. En alguna ocasión Renato Ibarra se escapó con esa potencia que lo distingue, jugada que terminó en un tiro de Matheus Uribe bien desviado por Nahuel Guzmán.
Pero lo usual eran las fricciones, las discusiones como la del «Piojo» y el «Tuca» al finalizar el primer tiempo.
No había muchos espacios. Tigres fue paciente, quizá demasiado porque antes de soltarse con todo al ataque hubo un tiro libre que los sepultó. Emanuel Aguilera se avivó y disparó por debajo de la barrera, el segundo tanto al 68′.
Los Tigres, que llegaban con un paso arrollador al sumar 26 puntos, quedaron lejos de las expectativas. La realidad es que el América tuvo más hambre y de ahí el tercero, mala salida de Zelarayán, pelota de Henry a Nicolás Benedetti y disparo pegado al poste izquierdo, al 88′.
De aquella paternidad de Ferretti sobre Herrera poco queda. El torneo pasado el América se metió al «Uni» para obtener un triunfo que parecía imposible en el momento más delicado del equipo tras la eliminación en Copa MX. Hoy las Águilas golearon en el Azteca, un contundente 3-0 que las catapulta a 22 puntos y las acerca a una nueva Liguilla.
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