El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, dijo que peleará para federalizar 57 por ciento de las plazas de maestros cuyo pago está a cargo del gobierno estatal para aligerar la carga financiera.
“Que el gobierno federal nos ayude llevándose un número importante de plazas, lo que nosotros hemos detectado que debieron haberse pasado al Fone (Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo) son alrededor de 18 mil 500 plazas de un total de 32 mil. Esa es una alternativa o una parte; eso nos ayuda”, dijo en Querétaro.
Luego de asistir a la 102 conmemoración de la promulgación de la Constitución en el Teatro de la República, Aureoles dijo que una segunda opción es que Michoacán reciba recursos del Fondo de Compensación Educativa, como Jalisco, Estado de México y Chiapas.
El perredista dijo que no han podido solucionar el conflicto con la sección 18 de la CNTE porque “hay un grupo de maestros muy radicalizados que su postura es todo o nada”, y sus exigencias no tienen solución inmediata.
“Es imposible porque por ejemplo, una demanda busca que se regularicen mil 500 plazas de directores o directoras, subdirectores, y eso sólo lo puede hacer el gobierno federal, pero es un proceso de la SEP federal y que se lleva tiempo.
“O una cosa que ellos llaman la ‘desconcentración del pago’ para que el maestro que está en un centro de trabajo ahí se le canalice su pago y no se le pague en otro centro de trabajo. Son cosas que requieren trámites, cosas administrativas”.
Aureoles dijo que los maestros requieren el pago inmediato de bonos y al gobierno estatal, por ahora, sólo le alcanza para pagar la mitad de la segunda quincena.
Silvano Aureoles dijo que el propio gremio no logra ponerse de acuerdo porque está de por medio el relevo de la dirigencia de la CNTE de Michoacán y “traen una batalla encarnizada dentro de quién se queda con la representación y más ahora en el marco de los sucesos federales y que la CNTE asume que cobra un papel protagónico a nivel nacional” por el bloqueo a las vías férreas en Uruapan.
Fuente: Milenio