La semana estará dominada, en buena parte, por los bancos centrales de Estados Unidos y México, donde se espera que anuncien incrementos a sus respectivas tasas de referencia, acompañados con comunicados y proyecciones que posiblemente apunten a una moderación para el próximo año en materia de movimientos en el costo del dinero.
En el mercado de derivados se le da una probabilidad del 72.4 por ciento a que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) suba su tasa de referencia en su reunión del próximo miércoles, de acuerdo con datos de Bloomberg.
“Para esta semana, esperamos que la Fed suba su tasa de referencia en 25 puntos base, a un rango de entre 2.25 y 2.50 por ciento, en lo que sería el cuarto aumento del año y el noveno desde el inicio del ciclo de normalización en diciembre del 2015”, dijo Diego Colman, analista de mercados de DailyFx en Nueva York, del grupo IG.
De esta manera, los mercados tienen en gran parte descontado un apretón en el costo del dinero, pero la gran incógnita que queda por despejar es qué tanto la Fed se mostrará más flexible para el próximo año.
En las últimas semanas, el ‘fantasma’ de una menor actividad económica global ha ‘asustado’ a los mercados. Los participantes temen que la tregua comercial entre Estados Unidos y China pudo haber llegado tarde. A esto se suman eventos como la incertidumbre en torno al Brexit y las mayores dificultades que tendrá la administración de Donald Trump para aplicar nuevos estímulos, debido a una nueva correlación de fuerzas en el Congreso, que entrará en funciones a partir de enero.
Los participantes de los mercados han orientado el ‘radar’ a la búsqueda de señales de que la Fed está lista para desacelerar o incluso hacer una pausa en los aumentos en tasas.
“En lo que respecta al 2019, es posible que la Fed reduzca sus proyecciones de alzas de tasas a dos subidas, desde las tres previstas en el último mapa de puntos del pasado septiembre, como resultado de la desaceleración económica que atraviesa el país, derivado del agotamiento del impulso fiscal y la guerra comercial”, sostuvo Colman.
En el mercado hay algunos participantes que esperan, incluso, que solamente se pueda dar un aumento en la tasa durante el próximo año.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que las tasas estaban cerca del rango “neutral”.
Un día después del anuncio de la Fed, le tocará mover sus piezas al Banco de México (Banxico). En el mercado de futuros se le da una probabilidad del 84.1 a que incrementará su tasa de referencia el próximo jueves.
“El Banco de México no se desligaría de la Fed esta vez, y elevaría su tasa de interés en 25 puntos base, a 8.25 por ciento. En momentos de alta turbulencia financiera, Banxico no puede darse el lujo de mantenerse al margen, ya que esto provocaría mayor volatilidad y podría ocasionar una fuerte depreciación del peso mexicano”, señaló Colman.
De cumplirse los pronósticos, el diferencial de tasas entre el Banco de México y la Reserva Federal quedaría en el rango de 575 a 600 puntos base, el más elevado desde febrero del 2009.
Las proyecciones para el 2019 apuntan a que la tasa de referencia del Banco de México se mantendrá prácticamente sin cambio en todo el año, en un nivel del 8.25 por ciento.
Una disminución en el costo del dinero por parte del Banco de México no se contempla hasta finales del primer semestre del 2020.
Banxico podría estar cerca de alcanzar un techo en su ciclo de alza en tasas, debido a que se espera una menor actividad económica para el próximo año, mientras que la expectativa de inflación de largo plazo permanece sin grandes cambios.
La economía mexicana podría disminuir su crecimiento del 2.14 esperado este año a 1.90 por ciento para el 2019.
El crecimiento de los precios al consumidor podría volver a ubicarse por debajo del 4.0 por ciento en el próximo año, que es el rango máximo de tolerancia establecido por el Banco de México, después de casi dos años que ha permanecido por arriba.
En tanto que la expectativas para la inflación se mantienen ancladas para el largo plazo, al ubicarse en 3.66 y 3.55 por ciento en promedio para los próximos cuatro y ocho años.
Fuente: El Financiero