Como hemos visto en la primera parte, el cannabis o marihuana ha recorrido un largo camino en la historia del mundo. Está clasificado como un estupefaciente o psicotrópico porque actúa sobre el sistema nervioso central, ya sea excitándolo o deprimiéndolo.
El cannabis contiene una sustancia llamada tetrahidrocannabinol (THC) que es el agente químico que provoca efectos psicológicos en quien lo consume. Ingresa al cuerpo humano vía inhalación, inyección, deglución o tópica.
El cannabis crea euforia e interfiere con la forma en la que el cerebro procesa y forma nuevos recuerdos. Puede provocar alucinaciones y delirios en el consumidor, así como cambios en su forma de pensar. Todos estos efectos han convertido a la marihuana en una droga popular.
El National Institute on Drug Abuse de Estados Unidos indica que el consumo del elemento psicoactivo THC puede desencadenar algunos síntomas esquizofrénicos. El componente del THC también es conocido por provocar «antojos» debido a la estimulación del apetito.
También induce a la persona a un estado de relajación y afecta a su sentido del olfato, de la vista y del oído. También puede provocar fatiga y hace menos agresivas a algunas personas. Por estudios de laboratorio se sabe que el THC es adecuado para tratar los vómitos y las náuseas, y tiene algunas cualidades antieméticas (evita el vómito).
El cannabis puede consumirse de diferentes formas. La realidad es que siempre pensamos en ella como una hierba inhalable.
Marihuana fumada: aunque es la forma más popular de ingerirla, no siempre es la decisión más adecuada para la salud. Sin embargo, es ampliamente aceptada porque es la forma tradicional más antigua. Fumar se remonta al año cuatro mil a.C. en las tradiciones chamanísticas donde fumaban tabacos de marihuana.
Cuando el cannabis es fumado, es recibido directamente en los pulmones. Esto lo convierte en la forma más rápida de sentir los efectos de la marihuana. Los pequeños sacos o cavidades en los pulmones (alveolos), a través de los cuales la marihuana hace efecto, tienen una enorme área de superficie (incluso más grande que el área superficial de la piel), así que los cannabinoides viajan rápidamente sobre esta superficie, haciendo que sea fácil para el cuerpo aceptarlos.
El efecto de fumar marihuana puede sentirse en cuestión de minutos tras la primera inhalación, estos efectos seperciben inmediatamente, y son rápidamente procesados por el cuerpo. Esto significa que una fumada de marihuana podría durar solo un par de horas.
Vaporizada: es otro método de inhalación, pero es una alternativa menos dañina que fumar. Hoy en día existen diferentes vaporizadores en el mercado. Algunos productos simplemente requieren la hierba, donde otros usan una forma muy concentrada de marihuana llamada aceite de cannabis.
Los vaporizadores funcionan de una forma completamente diferente. Un vaporizador es normalmente un dispositivo electrónico o dispositivo que usa pilas o baterías y que calienta la marihuana cerca del punto de combustión.
En vez de quemarla, la flor o el aceite es vaporizado, y lo que se inhala es un vapor de agua muy potente que contiene cannabinoides. Supuestamente, este método de ingestión posee un mejor efecto, mejores propiedades medicinales y menos daños para el cuerpo.
Comida: El cannabis puede ser ingerido oralmente comiéndolo en una gran variedad de platos. Hoy en día puede ser añadido en prácticamente cualquiera de las comidas, así sea en un bocadillo de sabor o en un dulce. Este proceso casi siempre toma lugar al cocinar el cannabis en mantequilla o aceite. El efecto en el cuerpo al comer cannabis es considerablemente diferente de lo que puede esperarse al fumarlo. De hecho, la marihuana incluso puede consumirse mediante pastillas o cápsulas
Cuando el cannabis es consumido oralmente, los cannabinoides son recibidos dentro de la sangre en vez de recibirlos a través del sistema nervioso. Esto significa que tarda más tiempo para que surjan los efectos, pero duran mucho más mientras el cuerpo lo metaboliza. Los efectos pueden ser sentidos de 20 minutos a dos horas después de comer, dependiendo de lo rápido que sea el usuario metabolizando y cuánto tiempo tarde su sangre en llevar los cannabinoides hasta el cerebro.
Para aquellos que lidian con el dolor crónico, tomar un analgésico cuyos efectos duran por seis horas, es mucho más deseado que tener que administrar medicamentos seis veces al día. Es un proceso que se puede realizar en casa, eligiendo la dosis apropiada.
Bebida: De todos los métodos de ingerir marihuana, beberla es la forma menos reconocida. La marihuana puede tomarse a través de un gran número de bebidas, variando desde alcohol hasta refrescos dulces. Ahora hay compañías en Estados Unidos que venden en ciertos comercios refrescos que contienen cannabis. Beberlo también es tan fácil como remojar flores de marihuana en bebidas alcohólicas y hacer una tintura, de la cual solo se necesita una sola gota.
Hacer tintura de marihuana simplemente involucra remojar los tallos dentro de alcohol. Solo toma alrededor de una semana para que el alcohol absorba todo el THC y otros cannabinoides. Usar cannabis de esta forma es extremadamente potente, y quizás solo una gota sea más que suficiente para sentir los efectos.
Uso tópico: Muchos usuarios del cannabis no saben que este ha sido usado por un largo tiempo para tratar un gran número de problemas a través de su uso tópico. Es aplicado a la piel para curar ciertas áreas dependiendo del malestar, así sea un corte, una herida o una infección. La piel es uno de los órganos más grandes del mundo, y cubre una superficie enorme del cuerpo. Debido a que es poroso, es completamente posible aplicarle medicina a la piel, y de hecho tiene sentido hacerlo para ser capaz de tratar directamente el área afectada. Esto significa que los cannabinoides pueden ser absorbidos a través de la piel, en vez de ser ingeridos dentro del cuerpo. Puede ser aplicado a cortes, heridas y dolores óseos o musculares. Es un tratamiento de alivio contra el dolor.