Los trabajos de construcción de una nueva terminal aérea en Ciudad de México ya empezaron, y por supuesto, también las polémicas y disputas entre los candidatos a la presidencia, las empresas privadas y el Gobierno Federal.
El Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México se construye en el municipio de Texcoco, a 10 kilómetros del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, que según el Gobierno, “está alcanzando su límite técnico”, que “impide que más gente y más mercancías” puedan llegar a Ciudad de México.
La obra tendrá una inversión de 13.000 millones de dólares y se espera que cuando sea inaugurado en 2020, tenga una capacidad para movilizar unos 120.000 millones de pasajeros al año y tenga un millón de operaciones anuales, según el Gobierno. Este nuevo aeropuerto estará entre los más grandes del mundo.
¿Es viable la construcción del nuevo aeropuerto para Ciudad de México?
La construcción será a largo plazo y tendrá dos etapas:
La primera, tendrá tres pistas paralelas de operación simultánea, con una capacidad para más de 50 millones de pasajeros al año, 410.000 operaciones anuales y 118 plataformas de aeronaves, según el aeropuerto de México.
La segunda etapa, que es su punto de máximo desarrollo, contempla seis pistas en operación simultánea que permitirán “atender la totalidad de la demanda aeroportuaria de la zona y convertirse en el principal nodo de América Latina”, según el gobierno, 5.000 hectáreas de superficie, 2 terminales aéreas y 2 satélites y 120.000 millones de pasajeros anuales (342.000 pasajeros diarios), según cifras en la página web del aeropuerto.
Durante la presentación del proyecto en 2014, el presidente de México Enrique Peña Nieto, dijo que en el proceso de construcción serán empleadas 160.000 personas, y se contará con la colaboración de pequeñas y medianas empresas.
El aeropuerto utilizará energías limpias y tecnologías verdes, tendrá 24 plantas de tratamiento de agua, sistemas de ventilación natural y el 70% del uso del agua vendrá de sus propias aguas residuales tratadas, según los constructores.
Al inicio de su campaña, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato presidencial por la coalición ‘Juntos Haremos Historia’, amenazó con cancelar la obra y durante su campaña ha propuesto una mesa de trabajo entre su campaña, el sector privado y el Gobierno, para analizar la viabilidad y transparencia del mismo.
Slim le respondió este lunes y dijo que “suspender el proyecto es suspender el crecimiento del país”.
López Obrador dijo que la licitación del aeropuerto se hizo a través de algunas “alianzas corruptas”.
Slim le respondió a AMLO y dijo que «no hemos nosotros sido partícipes en ninguna clase de corrupción».
El Gobierno de México ha reiterado en varias oportunidades que esta es una construcción blindada contra la corrupción y en caso de cancelarse, las pérdidas serían de más de 6.400 millones de dólares.
Slim es uno de los principales contratistas del proyecto —participa en dos contratos, con los que solo tiene una participación de 8% en la inversión total—, destacó que la los fondos alcanzan los 120.000 millones de pesos mexicanos (unos 6.600 millones de dólares) solo en insumos para la construcción, y hasta 60.000 millones de pesos mexicanos (unos 3.300 millones de dólares) en salarios.
El Gobierno aseguró que si no se construye esta nueva terminal aérea, para 2022 México no podrá atender la demanda creciente de pasajeros.
El candidato Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente, insistió en un evento de campaña que es necesario una revisión de los contratos, pues “se requiere implementar los más altos estándares de transparencia”.
Y el candidato oficialista José Antonio Meade, insistió en una revisión de los contratos, pues “se requiere implementar los más altos estándares de transparencia”.
Finalmente, el lugar donde se construye el nuevo aeropuerto también es parte de la polémica, pues alguna creen que no es el más idóneo y que podría generar un impacto ecológico en la zona. Pero el gobierno dice que se tomó con muchos años de estudios con especialistas en aeronáutica.
Fuente: CNN