Las negociaciones para modernizar el pacto comercial de 1994 empezaron en agosto de 2017 pero se han dilatado mucho más de lo esperado, mientras Canadá y México pujan por no ceder a todas las demandas de reforma de Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha dicho que saldrá del TLCAN si no se logran grandes cambios.
En un nuevo impulso, miembros de los gabinetes mexicano y estadunidense se reunieron en Washington esta semana en un intento por zanjar sus diferencias. El secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, dijo que ve «muy buenas probabilidades» de que su país y Estados Unidos puedan resolver temas clave para modernizar el TLCAN la semana próxima.
«Canadá y yo estamos muy, muy ansiosos por lograrlo lo antes posible», dijo Freeland a periodistas durante una conferencia telefónica en referencia al nuevo pacto. La canciller no respondió directamente al ser consultada sobre si fines de agosto es un plazo realista.
Funcionarios de México y Washington se volverán a reunir la semana que viene para trabajar en temas controvertidos como los salarios y las reglas sobre cuánto contenido producido en Estados Unidos debe tener un automóvil para calificar al estatus de «libre de impuestos».
Freeland también señaló que estaba preparada para sumarse a las negociaciones en cualquier momento, pero no dio más detalles. Las autoridades canadienses descartan los rumores de que está siendo dejada de lado.
«Si bien éste es un acuerdo trilateral (…) también hay importantes temas comerciales bilaterales entre cada uno de los países», dijo Freeland, y agregó que celebraba las conversaciones bilaterales entre los dos socios del TLCAN de Canadá.
El Gobierno de Trump, que denuncia que el TLCAN provocó que cientos de miles de empleos de manufactura se mudaran a plantas en México con salarios bajos, quiere que a los trabajadores mexicanos se les pague más y exige mayor contenido norteamericano en automóviles y camionetas producidos en las naciones del TLCAN.
Fuente: Milenio