Heineken y Grupo Modelo, las dos principales cerveceras en México, buscan consumir cebada 100 por ciento mexicana hacia el 2022.
A diferencia de otros insumos para la producción de la bebida alcohólica, como el lúpulo, las condiciones de clima y suelo sobre el centro del país son idóneas para cosechar la cebada, que tras ser tostada y secada se convierte en malta.
“Lo que quieren es mejorar el rendimiento y el acondicionamiento de las semillas (de cebada) a las condiciones de suelo y clima regionales de donde se están cultivando”, explicó Maribel Quiroga, directora de Cerveceros de México, cámara que representa a los empresarios de esta industria.
En 2017 las cerveceras importaron cerca de 80 mil toneladas del insumo, principalmente de Estados Unidos. Ese volumen representa alrededor de 10 por ciento de lo que requieren para su producción.
El año pasado la cosecha de este producto en el país fue de 982 mil toneladas, un alza de 2 por ciento frente a 2016. Sin embargo, según datos de la Sagarpa, la producción de la cebada se redujo 9.54 por ciento de 2003 a 2016.
A pesar de que en el último año el crecimiento fue bajo en términos porcentuales, éste, dijo Quiroga, es suficiente para que las dos empresas logren la autosuficiencia en este insumo en 2022.
Una de las entidades que sobresale en la cosecha de cebada es Querétaro. El año pasado, la entidad del Bajío elevó su producción en 42 por ciento, al obtener 40 mil toneladas del insumo cervecero.
Guanajuato, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y el Estado de México son los principales estados productores de la materia prima. (DIANA NAVA. EL FINANCIERO)